Christopher Ross y Ban Ki-moon en la sede de la ONU en Nueva York. |
Como contamos en Espacios Europeos destacándolo con un buen titular, Televisión Española (RTVE) no dijo ni mu de la gira del embajador estadounidense y enviado personal del secretario general de la ONU Ban Ki-moon, Christopher Ross por Marruecos, Argelia, Sáhara Occidental y Mauritania en busca de soluciones al conflicto saharaui. Ha habido grandes quejas al respecto en el movimiento de solidariedad prosaharaui. Pero, ¿y el resto de los medios? Nadie ha protestado por ello pero, en diario El País, por ejemplo, también hicieron como que en la antigua provincia española número 53 en esa semana (y por supuesto la siguiente) no hubo noticia que valiese la pena reseñar. Ni de la gira diplomática del enviado onusiano ni de la ola de manifestaciones con que la población intentó llamar la atención del diplomático ni de la brutal represión con la que reaccionaron los invasores para silenciar sus voces.
Es comprensible que las quejas del movimiento prosaharaui en varios blogs y webs contra el silencio informativo de los llamados medios tradicionales hayan arremetido enérgicamente contra la televisión pública a la que todos los ciudadanos contribuimos con nuestros impuestos. Sin embargo, el compromiso del informador a ofrecer al ciudadano una información veraz y completa, uno de los dogmas de todo código ético de la profesión periodística aquí o en Honolulú, no distingue entre medios de propiedad pública y privada. La única diferencia es que, a la hora del pataleo, poco margen de maniobra le queda al consumidor con una televisión pública sin publicidad que seguirá alimentándose de nuestros impuestos aunque todos nos pusiésemos de acuerdo para un apagón de protesta. En cambio, con un medio “capitalista”, siempre puede promoverse una interesante represalia ciudadana a base de no pagar el euro en el kiosco o no pinchar las versiones digitales para evitar engordar un tráfico del que dependen los ingresos por publicidad.
Ya que estamos, he aquí un pequeño repaso a la cobertura de esta gira de Ross en la que el enviado onusiano no dijo gran cosa pero que, en todo caso, constituye una noticia que no debería faltar en las hemerotecas. Si, como dicen, en el Consejo de Seguridad de la ONU tiene previsto retomar la cuestión del Sáhara Occidental, los lectores siempre agradecerán y se supone que el informe que haga Ross de su visita y entrevistas podría tener alguna repercusión en el planteamiento de estos debates. Omito los informativos de las otras cadenas ya que, lo confieso, pese a sus imperfecciones sólo puedo con los informativos televisivos de la pública, entre otras cosas, porque los demás suelen ser muy pobres o totalmente desinteresados en lo que se refiere a política internacional.
Ross llegó a la región afectada por el conflicto del Sáhara Occidental el pasado día 14. Empezó por Marruecos, luego fue a los campamentos saharauis en Argelia y de ahí al Sáhara ocupado y, por último, a Mauritania donde acabó su gira el lunes, día 21. Si consultamos las hemerotecas digitales, en el Abc no encontramos mención de este movimiento diplomático hasta el pasado día 21. El día siguiente el diario publicó otra información que titula por los incidentes que jalonaron la visita del enviado de Ban Ki-moon. En la Razón, he hallado una noticia del día 20 titulada El Frente Polisario denuncia 100 heridos en la represión marroquí en el Sahara. Algo es algo, aunque el titular ponga en guardia sobre el hecho de que la fuente es parte interesada en el conflicto y, por lo tanto, podría exagerar.
He empezado este repaso por medios identificados por la derecha porque, en la izquierda, los resultados son desoladores. En lo que queda del diario El Público nada de nada, y eso que presumen de sacar exclusivas de este tema. En La Vanguardia, que siempre tuvo a gala tener una buena información de política internacional, idem de idem. Pero, especialmente sorprendente resulta el vacío de El País: la última noticia sobre el Sáhara Occidental sigue siendo hasta hoy del 11 de octubre. Es una información sobre el Festival Internacional de Cine del Sáhara (FiSahara) con una bonita fotografía de dos cineastas sonrientes muy alejada de la tensión que se ha vivido en El Aaiún, Smara o Dajla con los saharauis desafiando a las fuerzas marroquíes con sus protestas, y los invasores represaliando a porrazo limpio.
En mi caso, no me sorprende. Pero resulta que recientemente ha corrido la voz entre los que apoyan la causa del Sáhara de que había señales positivas sobre un posible cambio en esa política informativa que le ha valido a El País ser señalado por su escoramiento promarroquí (véase el reciente artículo del venerable profesor Luis Portillo). Me refiero a ese optimismo que despertó entre algunos el hecho de que los directivos del diario tuviesen a bien incluir en la paleta de sus numerosos blogs uno con temática saharaui. Quizás, pensé, es ahí donde han dejado hueco a la visita de Ross. Pero me dí un rodeo por el blog de la ilusión que se llama ¿Y dónde queda el Sáhara? y me encontré una entrada con un texto qsobre la lluvia: “Ella juega y se esconde, ella es libre y se divierte ..." Un texto que rezuma poesía por los cuatro costados, de gran valor literario y espléndidamente ilustrado. Pero de lo que está pasando en el Sáhara, de lo que está sufriendo la gente en los territorios ocupados, ni lluvia ni gota.
Pd. Por cierto, acabo de echar un vistazo antes de cerrar esta entrada y otro dato sobre los medios y el Sáhara: la prensa “tradicional”, no le dedica ni un breve al llamamiento de la familia del preso Abdeljalil Laaroussi, perteneciente al Grupo de Gdeim Izik, preso político que se debate entre la vida y la muerte en una cárcel marroquí de Salé por no recibir la debida atención médica