Nkosazana
Dlamini-Zuma y Ban Ki-moon en una cumbre sobre desarrollo en Japón, el 1 de junio.
Foto: UN Photo/Rick Bajornas
Foto: UN Photo/Rick Bajornas
Las declaraciones de la presidenta de la Comisión de la Unión Africana, UA, Nkosazana Dlamini Zuma sobre el conflicto saharaui indican que la diplomacia marroquí no tenía ninguna posibilidad en la reciente XXI cumbre celebrada en Addis Abeba de regresar a esta organización a costa de la expulsión de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD).
“Marruecos tiene que poner fin a la ocupación del territorio saharaui y la persecución de la población saharaui”, ha dicho cuando la cumbre ya había finalizado, la que fue ministra de Exteriores de Suráfrica hasta que en julio de 2012 se convirtió en la primera mujer que preside la Comisión de la Unión Africana.
La contundencia de lo dicho por Dlamini Zuma se suma a las declaraciones durante la cumbre hizo de Ramtane Lamamra (responsable de la Comisión de Paz y Seguridad de la UA) y los actos y gestos que han dado protagonismo a la causa saharaui en la XXI cumbre de la Unión Africana. Todo indica que más que un revolcón, la diplomacia marroquí se ha llevado un batacazo en el frente africano. Me refiero a la intervención con la que, poco antes del comienzo de la reunión en Addis Abeba, el embajador de la República Centroafricana, Ismaila Nimaga, gracias a su título de "decano" de los embajadores africanos en Rabat, se prestó a crear la ficción de que las pretensiones anexionistas con el Sáhara Occidental cuentan con grandes y poderosos apoyos en la Unión Africana (quien no se acuerda que pinche aquí)
La actuación de Nimaga, sin embargo, parece que forma ya parte de un ritual mediático habitual en estas épocas del año. Si tiramos de hemeroteca, en mayo de 2012, coincidiendo también con el Día de África y los preparativos de otra cumbre en Addis Abeba, Nimaga hizo unas declaraciones casi idénticas sobre el supuesto papel fundamental que juega Marruecos en el desarrollo de África y su posible regreso a la Unión Africana.
Al igual que ha ocurrido este año, en 2012 los medios oficialistas titularon seguidamente que "Los embajadores africanos en Rabat piden el regreso de Marruecos a la UA". Como se creó la idea de que había una batalla diplomática en marcha, tras la cumbre en Addis Abeba hubo quien tuvo que aclarar que las expectativas creadas no se habían cumplido: "No hay regreso de Marruecos en el seno de la Unión Africana", titularon algunas publicaciones.
Este año ni siquiera ha habido aclaraciones sobre el desenlace del supuesto intento marroquí por volver a la UA, expulsando a la RASD. Como si la supuesta batalla diplomática sólo hubiese existido en el guión de una farsa mediática dirigida a insuflar moral de combate a la opinión pública marroquí.