Una mirada a África como tablero de la geopolítica internacional

miércoles, 30 de enero de 2013

Misterios de la guerra de Malí



Las tropas francesas de la Operación Serval han culminado hoy,  con la toma de la localidad de Kidal, el paseo triunfal que iniciaron en Malí el pasado día 11. Lo que Hollande y Fabius en un principio dijeron iba a ser una intervención de urgencia para contener en el centro del país a la rebelión de las bandas de Al Qaeda que amenazaban con marchar sobre Bamako, no perdió desde entonces ni un segundo en su avance implacable para acabar con la secesión del Azawad.

De esta manera, lo que se planteó como una acción que debía asegurar el cumplimiento de la resolución del Consejo de Seguridad 2.085,  la que preveía una acción militar si fracasaban las soluciones políticas, se ha convertido  en un atajo ante tanto condicionante al que, hasta el momento, sólo se han unido tropas de varios países africanos. 

Pese a que la operación francesa no ha encontrado resistencia, por ahora ningún Gobierno occidental quiere compartir honores con Hollande. En Londres, por ejemplo, el Gobierno británico, que en cambio participó junto a Francia en la intervención en Libia que acabó con Gaddafi, (y gracias a ello ha compartido los beneficios con que los han compensado los nuevos gobernantes), volvió el lunes a rechazar la posibilidad de enviar tropas a este combate. Su apoyo se limita por lo tanto, a las formas verbales y una ayuda logística que no resulta del todo satisfactoria en París.

En cualquier caso, la “recuperación” (como dicen en París) de Kidal marca una encrucijada en la ofensiva francesa. Es la última de las grandes ciudades del Azawad que permanecía fuera del control de las tropas malienses, a las que los franceses han acudido a sacar las castañas del fuego, tras su entrada en Gao y Tombuctú.  Kidal es además la capital de una región (que lleva el mismo nombre) de gran relevancia estratégica por su situación fronteriza con Níger y Argelia. Además, es el bastión de la etnia tuareg que el pasado abril declaró la independencia del Azawad, el norte de Malí. Situada junto al macizo del Adrar de los Iforas, la región de Kidal ha sido escenario de varias rebeliones tuareg, especialmente la de 1963-1964 y la de 1990-1995.

Mientras Gao y Tombuctú, tras la rebelión tuareg del pasado año, se supone que habían caído en manos de bandas yihadistas de Al Aqmi (franquicia de Al Qaeda), Mujao y Ansar Dine, supuestamente unidas en su intento de imponer la sharía, Kidal (a 1.500 kilómetros de Bamako) ha seguido siendo territorio del Movimiento para la Liberación del Azawad (MNLA), laicista pero decididamente independentista.

Sigue siendo un misterio sin aclarar cómo el MNLA fue desplazado el pasado verano por las bandas islamistas de Al Aqmi, MUJAO y Ansar Dine que este grupo tuareg dice aborrecer por ser sus objetivos muy distintos. Es más, cuando el MNLA surgió a finales de 2011, uno de sus lemas  era precisamente acabar con lo que para ellos no eran más que bandas de criminales y narcotraficantes que habían arruinado con sus secuestros de occidentales la industria del turismo de la que vive su pueblo. 

No podían tolerar más, dijeron los portavoces del MNLA, que pese a ser el fenómeno islamista muy minoritario, los bandidos campasen por la región desde finales de los noventa gracias a la complicidad del propio Gobierno de Bamako. Los cables de Wikileaks demostraron que la diplomacia americana coincidía en buena medida con las acusaciones del MNLA.

Pese a que este conflicto guarda muchos misterios, gracias en parte al desinterés de la prensa internacional, el MNLA se supone que logró lo que ninguna otra rebelión tuareg maliense previa había alcanzado, ocupando territorio, por dos motivos: 1) su guerrilla tenía un nivel que sus antecesoras no habían tenido por estar integradas por tuaregs hijos del exilio y que se encontraban refugiados en Libia donde Gaddafi los había entrenado e integrado en su ejército y  2) al decidir no intervenir en la guerra civil libia y regresar a su tierra, además de sumar más de 3.000 soldados bien preparados, cruzaron las fronteras llevando consigo gran cantidad del armamento pesado y moderno supuestamente adquirido por el líder libio a golpe de petrodólar.

Nunca se aclaró la ruta por dónde habían llegado a Malí, desde Libia, este ejército de expatriados y su moderno armamento. A ello hay que añadir que, si los grupos islamistas eran minoritarios, ¿cómo es posible que acabasen expulsando al poderoso MNLA de Gao y Tombuctú? ¿Qué pasó luego con esos 3.000 guerreros y su moderno armamento?

Otro misterio: los portavoces franceses  aseguran que los islamistas del Aqmi y Ansar Dine huyeron a las montañas y que Kidal había quedado bajo el control de un grupo islamista hasta ahora desconocido, el IMA (Movimiento Islámico del Azawad), supuestamente escindido de Ansar Dine, y que asegura rechazar el "extremismo y el terrorismo" de sus antiguos colegas. No concuerda con la versión del MNLA que, en cambio, ha asegurado a través de un comunicado que quienes estaban allí para recibir a los franceses, eran su gente y que lo del IMA es un invento. ¿En qué quedamos

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