Una mirada a África como tablero de la geopolítica internacional

domingo, 25 de noviembre de 2012

La XXII Cumbre Iberoamericana acoge a Marruecos y se olvida de la hispanidad de África

Por primera vez, Marruecos ha asistido a una Cumbre Iberoamericana formando parte del selecto grupo de invitados especiales que gozan de la categoría de observador asociado. La marroquí  se ha convertido así en la única representación africana en el evento que esta semana se ha celebrado en Cádiz, cumpliendo ese compromiso de Rajoy con una política exterior centrada en el vínculo iberoamericano y “el papel de la lengua española como nexo de unión e instrumento económico de primer orden”. 

 No está mal, la idea de celebrar la XXII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estados y de Gobierno con el telón de fondo del Bicentenario de la Constitución de Cádiz (La Pepa), rescatando el mérito histórico que fue la elaboración de una constitución democrática ejemplar para la Europa que en 1812 seguía en lucha contra el absolutismo del antiguo régimen y con la participación de 60 representantes de las que todavía eran colonias iberoamericanas. Pero llama la atención el privilegio dado a Marruecos en un evento volcado en la hispanidad y que, en cambio, se haya hecho caso omiso de los pueblos de Guinea Ecuatorial y el Sáhara Occidental, los únicos en el continente africano que se aferraron con lealtad y pasión a la lengua y cultura española.


En el caso guineano podría aducirse que la tiranía de Obiang no va a juego con los valores que alumbraron La Pepa y que tan decisiva influencia tuvieron para las independencias al otro lado del Atlántico. Pero, Marruecos, un país donde los jueces permiten que los presos políticos sean apaleados incluso en el tribunal, tampoco es ejemplo digno de La Pepa.

En cualquier caso, la Cumbre Iberoamericana ha coincidido este mes con el 44 aniversario de la incorporación de este pequeño país como miembro de pleno derecho de Naciones Unidas (el 126 de 193). El 12 de noviembre de 1968 (la independencia había sido proclamada el 12 de octubre), el representante ecuatoguineano ante Naciones Unidas, Saturnino Ibongo se había convertido en el primer delegado africano que intervenía en español ante un pleno de la ONU. En su discurso inaugural, Ibongo dedicó un especial saludo a los países hispanoamericanos y los lazos comunes de idioma y cultura”.

“En América, nuestra ex potencia administradora, España, se fundió y creó lo que un sociólogo mexicano ha llamado la raza cósmica", dijo Ibongo. "Nosotros, al participar en el ámbito cultural de la hispanofonía, sin perder nuestra auténtica personalidad africana, la enriquecemos haciendo de ella una de las fuerzas humano-culturales más comoscéntricas del globo, al extenderse sobre cuatro continentes. Esto no puede ser un estribillo lírico. No es una nostalgia; es una esperanza, un ariente para el futuro. Queremos ser el puente de Iberoamérica hacia África”. 

Pocos meses después Ibongo murió torturado por el primer presidente Macías, tío del actual dictador Teodoro Obiang, con cuya complicidad exterminó a toda una generación de intelectuales en nombre del antiespañolismo. Desde entonces, lucha por la libertad y defensa de la hispanidad han ido de la mano en la causa por la democracia de un pueblo con un sufrimiento a sus espaldas tan inmenso como su riqueza petrolera. Su heroica contribución a las "afinidades culturales y lingsticas" de la Cumbre Iberoamericana  (las que se supone Marruecos ha cumplido para poder ser observador), bien hubiese merecido una mención de apoyo en Cádiz. 

P.D. En la foto, Saturnino Ibongo y el embajador Jaime de Piniés al izarse la bandera de Guinea Ecuatorial en Naciones Unidas, el 20 de noviembre de 1968. / UN Photo/Teddy Chen

Por cierto, para quien lo haya leído y se queje de mi escasa producción, aquí va una colaboración para Espacios Europeos de mi cosecha:

La justicia marroquí tolera y aprueba que Mohamed Dihani sea apaleado en el juzgado



domingo, 11 de noviembre de 2012

El inquietante caso del "terrorista" y supuesto yihadista saharaui Mohamed Dihani




Españoles y saharauis exigiendo la condena de la violación de los derechos humanos en el Sáhara Occidental en la protesta del sábado en Madrid. Foto de Ricardo Aznar.


¿Podría el régimen marroquí fabricar una organización terrorista para desprestigiar al Frente Polisario? Mohamed Dihani, activista saharaui secuestrado y condenado a diez años de cárcel por las autoridades marroquíes que ocupan el Sáhara Occidental desde hace 37 años,  asegura que a él lo torturaron y violaron salvajemente para forzarle a colaborar en un proyecto de este tipo: poner el rostro al supuesto jefe de un grupo terrorista saharaui que se adhiriese a la vez al islamismo radical y la lucha del Frente Polisario.

 Mohamed Dihani, de 26 años,  es actualmente el centro de una campaña internacional por parte de  diversas organizaciones de prestigio en la lucha contra las violaciones de los derechos humanos. Gracias a ello, parte de su siniestro y dramático caso ha sido aireado en la prensa digital (la de papel, ni una línea). Estas informaciones, por ejemplo, han dado a conocer que Dihani fue detenido por miembros de los servicios de seguridad en las proximidades de su casa en El Aaiún y que, durante seis meses, estuvo desaparecido en Temara, una cárcel secreta marroquí donde fue torturado y violado salvajemente mientras su familia intentaba inutilmente recabar noticias sobre su paradero de las autoridades marroquíes.  Pero incluso en estos reportajes han quedado excluidos una serie de datos inquietantes no sólo para quienes se sienten comprometidos en la lucha por las libertades y la dignidad humana sino, también, para los encargados de garantizar la seguridad ante posibles amenazas terroristas. ¿Tendrá que ver en ello el respeto que todavía infunde en los informadores el poder que Marruecos demostró tener en España contra periodistas críticos como el recientemente fallecido José Luis Gutiérrez?

Los informes de las organizaciones que han recabado el testimonio de saharauis que coincidieron en la cárcel con Dihani y miembros de su familia que han podido visitar al preso hacen constar que el joven activista acusa a las autoridades marroquíes de retenerlo en prisión por haber denunciado el plan con el que sus carceleros pretendían que se prestase a hacerse pasar como el jefe de una célula yihadista simpatizante del Frente Polisario. Según este relato de Dihani, en Temara sus verdugos le ofrecieron acabar con el tormento al que lo habían sometido, la libertad e, incluso, compensarle con dinero y una vida cómoda, si se plegaba a reivindicar operaciones terroristas que otros se encargarían de efectuar contra los cascos azules de la Minurso, la cinta de los fosfatos de Bu Craa y otros objetivos.  El joven no sólo se negó a ello sino que le contó lo ocurrido a Brahim Dahane una de las figuras más relevantes del movimiento de derechos humanos en el Sáhara Occidental, presidente de la Asociación Saharaui de Víctimas de Violaciones de los Derechos Humanos (ASVDH) que coincidió con él en la cárcel tras haber sido detenido por haber visitado los campamentos de refugiados del Frente Polisario en Tinduf.

En cuanto Dahane recuperó su libertad, denunció el montaje del que había sido víctima su antiguo compañero de prisión en una rueda de prensa y ante el comité de Derechos Humanos de la ONU. Según han relatado familiares del joven preso a los abogados del Observatorio aragonés para el Sahara Occidental, ello le costó a Dihani ser sometido de nuevo a terribles vejaciones con las que sus carceleros intentaron obligarle a que se retractase públicamente de la versión que le había dado a la ASVDH.

La Sección de Derechos Humanos del Real e Ilustre Colegio de Abogados de Zaragoza, Asociación Pro Derechos Humanos de España (APDHE),  Western Sahara Human Rights Watch (WSHRW), la Asociación Española para el Derecho Internacional de los Derechos Humanos (AEDIDH) son algunas de las prestigiosas organizaciones que han denunciado con firmeza la arbitrariedad con que la justicia marroquí ha acabando manteniendo en la cárcel a Dihani y exigen que se le de al activista un juicio justo cuando mañana (12 de noviembre) su caso se volverá a juzgar en un tribunal de Rabat.

Estas organizaciones consideran una burda farsa el juicio que le halló culpable de acusaciones tan graves (de ser ciertas) como las que le atribuyen formar parte de un grupo yihadista que iba a atacar en Italia una línea de ferrocarril entre Livorno y Roma o la de preparar un atentado contra una alta personalidad del Vaticano.  Según los expertos legales de estas organizaciones, estas acusaciones no se  han apoyado en más prueba que la de la mera palabra de los verdugos que lo torturaron brutalmente para arrancarle la confesión que Dihani se ha negado a ratificar ante el juez y en el hecho de que el joven activista ha residido en Italia (en su pasaporte consta que es residente de Cinigiano (Grosseto) donde trabajó como camarero y vendimiador. 


El padre de Mohamed Dihani en su casa de El Aaiún en una foto de uis Mangrané, abogado del Observatorio aragonés para el Sahara Occidental que lo entrevistó en septiembre.
 

Los aliados del anexionismo marroquí podrán decir que Dihani se ha inventado la historia para favorecer la causa del Frente Polisario y de la autodeterminación del Sáhara Occidental por la que ya había sido detenido en otras ocasiones. Sin embargo, lo sorprendente, es que, pese al gran interés que hay en Marruecos por acusar de terrorismo y extremismo islámico a los saharauis que luchan contra la ocupación marroquí, se haya corrido un tupido velo sobre la condena de Dihani. De ser cierto lo de sus planes terroristas contra el Vaticano, lo normal es que estuviesen aireando el tema urbi et orbe para dar fuerza a la tesis con la que Mohamed VI intenta demostrar que un estado independiente saharaui se convertiría en un peligro para la paz internacional.

Claro que ello también obligaría a tener que dar explicaciones sobre ciertas incongruencias en la versión oficial. Por ejemplo: la fecha de detención oficial de Dihani es 29 de octubre de 2010 cuando, en realidad desapareció el 28 de abril de ese mismo año. Otra contradicción es que la denuncia policial asegura que Dihani se encontraba huido desde el 4 de marzo de 2010 y que existía un expediente oficial por dicha huida, cuando su pasaporte demuestra que entró legalmente en el Sáhara ocupado desde Mauritania por un puesto policial donde le estamparon el sello de entrada en el pasaporte y le dejaron pasar sin problemas el 27 de abril de 2010, un día antes de su detención.

En cualquier caso, tanto si Dihani mintió o dijo la verdad, dado el peligro que implica que el terrorismo se convierta en una baza política propongo que la Audiencia Nacional, volcada en la lucha contra este tipo de amenaza a la seguridad, investigue el caso. Al fin y al cabo, además, Dihani es saharaui nacido en el Territorio No Autónomo del Sáhara Occidental pendiente de descolonizar cuya administración la ONU sigue atribuyendo a España.

P.D. Queridos lectores como dijo un compañero de El País, lo previsible es que la lista del ERE de Cebrián comenzase por los más incómodos. Muchos sabéis que yo formaba parte de este selecto contingente, entre otras cosas por mis actividades extralaborales En Arenas Movedizas donde pude compensar la pasión por contar historias que me habían arrebatado al condenarme al turno de noche. Luché y resistí como gato panza arriba para que no pudiesen decir que me había dado por vencida ni siquiera cuando hace año y medio me quitaron la mesa y la silla creyendo con ello que me iría a llorar a mi casa. Pero ahora el ERE ha zanjado esta batalla y si veis que estoy una temporadita en silencio es porque la cola del paro está acaparando mis energías. Intentaré mantener el diario.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Christopher Ross recupera en su viaje al Sáhara la confianza del Frente Polisario en la ONU



Arriba, Christopher Ross en El Aaiún junto a Aminetu Haidar y otros activistas de los derechos humanos con los que se encontró en su gira. Abajo, en los territorios liberados junto al ministro de Defensa Mohamed Lamine Uld Buhali. 



El Frente Polisario está de lo más satisfecho con la visita de Christopher Ross al Sáhara Occidental. “Ha dado un mensaje claro de que la comunidad internacional quiere dar una solución al conflicto”, dictamina Bucharaya Beyun, representante en Madrid del Frente Polisario. La razón de este optimismo es que esta parte de la gira del diplomático norteamericano por la región es histórica no sólo porque, por primera vez en 37 años de conflicto, Ross es el primer enviado personal del secretario general de la ONU que visita los territorios saharauis ocupados por Marruecos, sino por las formas y contenido que ha impuesto el diplomático estadounidense.

Para empezar, Christopher Ross se plantó en El Aaiún en un avión que llevaba bien visibles las insignias de la ONU. El “gobernador” títere de la administración marroquí lo esperaba a pie de pista junto al diplomático alemán  Wolfgang Wolfgang Weisbrod-Weber que es desde el pasado junio el Representante Especial del Secretario General de las Naciones Unidas en el Sáhara Occidental y jefe de la MINURSO (Misión de la ONU para el Referéndum del Sáhara Occidental). Tras desembarcar, Ross se limitó a saludar al representante de la administración ocupante cortésmente pero,  allí lo dejó al marcharse en un coche de la ONU, sin invitarle a compartir el recorrido dejando claro que a quien correspondía recibirle, era a su colega alemán.

Algo se le debía de haber advertido a las autoridades marroquíes, que ni se habían molestado en preparar los habituales comités de bienvenida con miembros del Corcas y notables supuestamente adheridos a las tesis de un Sáhara marroquí. Por el contrario, desde su llegada a El Aaiún Ross no paró de celebrar encuentros con representantes de las diversas organizaciones de derechos humanos (de los que la foto de grupo que aquí publicamos sólo es una limitada muestra), lo que supone otro importante cambio de cara a la población saharaui: la ONU que hasta ahora hacía la vista gorda a las maniobras con que los marroquíes impedían que los saharauis se acercasen libremente a sus instalaciones, reconoce implícitamente que la voz de la población del interior no se limita ni a la representación del Frente Polisario en Tinduf ni, mucho menos, a los interlocutores saharauis impuestos a dedo desde Rabat.

Pero, además, en El Aaiún, Ross visitó lugares aparentemente ajenos al circuito político onusiano como Cabeza playa, el puerto situado a unos treinta kilómetros de distancia de la capital de la ex provincia española donde se embarca el fosfato de los yacimientos de Fos Bucraa que explotan ilegalmente los invasores. Una curiosidad de turista quizás, pero muy propia de quien está decidido a dejar claro que lo quiere ver todo y, muy importante, que está decidido a moverse por la ciudad y alrededores sin restricciones y sin acompañamiento que no haya elegido él.




Un gesto que seguramente no habrá gustado a las autoridades marroquíes es que Ross se trasladó desde El Aaiún a Tifariti, la “capital” de la RASD en esa franja del territorio que quedó liberada de la ocupación marroquí hasta hoy y que, cíclicamente, Marruecos amenaza con invadir para que no se pueda decir que hay territorios saharauis liberados sobre los que la RASD ejerce su gobierno. Ross llegó allí en un helicóptero de la ONU y, además de entrevistarse con el ministro de Defensa saharaui, paseó a su gusto, tomándose su tiempo visitando el museo, la escuela, el dispensario y otras instalaciones. Normalmente las visitas de los representantes onusianos al Sáhara controlado por el Polisario suelen ser de horas, pero Ross se quedó en Tifariti a pasar la noche. Luego, desde allí, de nuevo en helicóptero hasta Mahbés, en territorio ocupado, con un rumbo que restablece una unidad entre las partes del territorio dividadas por los muros marroquíes.

Es significativa la discreción sobre la visita de Ross que han mantenido los medios de prensa oficialistas marroquíes, que limitan sus comentarios a los mensajes a favor de la anexión que los representantes políticos transmitieron al diplomático estadounidense en su paso por Rabat y suelen obviar lo que pasó a partir de su salida de la capital marroquí. Da la impresión de que  en Rabat prefieren no introducir datos que interfieran en el mensaje con el rey Mohamed, en su discurso para celebrar la Marcha Verde con la que en 1975 su padre invadió la provincia española,  ha vuelto a insistir ayer ante su opinión pública en que no ha habido cambios en la política de hechos consumados anexionista.  Hay quien ha señalado que los informativos marroquíes censuraron unas declaraciones de Ross en Rabat en las que el Sáhara se quedó sin el “Occidental” y se borró el término “autodeterminación” poco acorde con la versión oficial marroquí de que hay que buscar una solución de consenso. Aunque, también hay que decir, que Ross volvió a utilizar esa coletilla de que la solución debe ser “mutuamente aceptable” en su visita del lado Polisario.

En cualquier caso, Ross ha marcado un giro a favor del prestigio de la ONU al tomarse la molestia de marcar distancias con las autoridades de la administración invasora, como corresponde al representante de una organización que nunca ha reconocido la pretendida soberanía marroquí sobre el territorio. Tener que decir que Ross ha dado un giro haciendo lo que debería ser lo normal en un alto cargo de Naciones Unidas, corresponde a una situación en la que, como diría el embajador norteamericano Frank Ruddy, eran los agresores marroquíes los que imponían su voluntad, condiciones y hasta su bandera (en las propias instalaciones de Naciones Unidas) a los representantes onusianos. Una situación en la que la confianza en la ONU de los saharauis de la calle tanto en las zonas ocupadas como de los campamentos ha descendido a niveles tan mínimos, que a duras penas lograron los dirigentes saharauis contrarrestar las peticiones de regreso a la guerra en su último Congreso.


Ya contamos que el secretario general de la ONU Ban ki-Moon dio signos de querer cambiar las cosas en abril, cuando denunció, aunque con suavidad, las tropelías con las que Marruecos ha estado saboteando la labor de la MINURSO y que, desde 1991, han impedido la celebración de la consulta onusiana. También contamos en mayo (en plena feria de san Isidro), que Marruecos había respondido a la ONU con una peligrosa cornada, retirando la confianza a Christopher Ross. Parecía que el majzén iba a volver a imponer su dinámica de extorsión a  Naciones Unidas sin que nadie dijese ni mu pero, tras ser confirmado en agosto como primer espada para el Sáhara, Ross se ha tirado al ruedo para torear con oficio y por lo fino.

Ahora, a ver si logra seguir por este camino hasta rematar la faena. Una primera pista nos la dará ese informe que deberá presentar ante el Consejo de Seguridad: a ver qué dice de la represión con que las fuerzas de ocupación intentaron silenciar las demostraciones que los saharauis tuvieron que improvisar (se mantuvo el secreto sobre la visita a El Aaiún hasta casi el último momento) para que vuelva a Nueva York sin sombra de duda sobre el rechazo de la población a los invasores. También  habrá que explicar este inédito secretismo en una visita onusiana que, con toda probabilidad fue una concesión a la parte marroquí.


La misteriosa aparición de un avión militar español en El Aaiún 



Christopher Ross en El Aaiún ante el avión de la fuerza aérea española que facilitó sus traslados por la región.
 
Otro detalle interesante sobre la visita de Ross: como ya avanzamos en la página del diario de entradas cortas (pinchar aquí está por si no lo sabéis), en este complejo viaje apareció un avión de las fuerzas aéreas españolas. Lo hizo el sábado en El Aaiún, adonde Ross volvió para viajar desde allí a Tinduf, en Argelia, para iniciar la visita a los campamentos de refugiados. Este avión también lo trasladó a Mauritania, adonde el diplomático estadounidense siguió su gira el martes. 

Al parecer, fue Ross quien pidió a España que le prestase ayuda en el trasporte durante las entrevistas que se celebraron en la sede de Nueva York de la ONU durante la Asamblea General y el Gobierno de Rajoy ha respondido con el envío del aparato militar, en consonancia con su compromiso de dar pleno apoyo a los esfuerzos del enviado personal para reactivar el proceso en busca de una solución al conflicto. 

España también contribuyó durante el Gobierno de Aznar con un avión militar al traslado del antecesor norteamericano de Ross, el ex secretario de Estado James Baker cuando hizo una gira por la región. Entonces a Mohamed VI no le hizo mucha gracia este detalle. Suponemos que tampoco habrá sido plato de su gusto ahora ya que con ello Ross viene a recordar públicamente que, en relación al Sáhara,  lo normal es que la ONU le pida ayuda a España y no a otra potencia por el papel que le corresponde desempeñar en la solución del conflicto como potencia administradora que sigue siendo de este territorio no autónomo pendiente de llevar a término su proceso de descolonización. Digan lo que digan el PP o el PSOE.

P.D.: Más cosas sobre los efectos de la visita de Ross al Sáhara ocupado: Al parecer, Marruecos está intentando acabar con todos los testigos extranjeros en los territorios ante el peligro de que las protestas que su represión no ha hecho más que multiplicar se extiendan con el inminente segundo aniversario de los trágicos sucesos de Gdeim Izik. Fuentes saharauis aseguran que ya son 14 los extranjeros expulsados de los territorios ocupados, diez españoles y el resto noruegos. Aquí os dejo dos informaciones que elaboré con la periodista saharaui Salambuha Bubacar lecuara sobre los últimos acontecimientos en el Sáhara:

Mohamed VI atacado de los nervios, recurre a los imanes para tratar de tranquilizar a los saharauis

Marruecos no quiere testigos extranjeros en el Sáhara

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