Una mirada a África como tablero de la geopolítica internacional

lunes, 9 de abril de 2012

LOS TUAREGS DE MALÍ DESAFÍAN A FRANCIA



El ex presidente de Malí Amadou Toumani Touré en un encuentro con Sarkozy, en 2010.
Foto: Ministère des Affaires étrangères et européennes/Frédéric de La Mure.

La junta militar que derrocó el pasado día 22 al presidente electo de Malí, ha cedido ante las presiones de los jefes de Estado de la CEDEAO (la Comunidad Económica de Estados de África Occidental) que exigían a los golpistas una vuelta a la legalidad constitucional. El sábado se anunció un acuerdo-marco por el que los militares golpistas se comprometen a entregar el poder a un Gobierno de transición que dirigirá el presidente del Parlamento, Dioncounda Traoré.

En Bamako, ya no volverá al mando el presidente derrocado Amadou Toumani Touré, que estaba de todas formas a punto de terminar su mandato (la primera vuelta de las elecciones debía celebrarse a finales de este mes). Para facilitar el acuerdo y dar legitimidad a la formación de un gobierno de transición, Toumani Touré también ha accedido a presentar su dimisión formal.

Pese a la devolución del poder a los civiles, la CEDEAO mantiene sus planes para crear una fuerza de intervención africana de 2.000 hombres a la que Francia ya se había comprometido a dar todo su apoyo diplomático, político y logístico al advertir al movimiento tuareg que no se hiciese ilusiones de poder zanjar su problema con una “solución militar”. El MNLA (Movimiento Nacional para la Liberación del Azawad) acababa de anunciar la liberación de Kidal, Gao y Tombuctú, las tres ciudades del Azawad, su territorio ancestral, y mientras el ministro de Exteriores de Francia, Alain Juppé, animaba a los dirigentes tuaregs a optar por la "solución política", en la ONU sus diplomáticos movían los hilos a favor de la "movilización regional y de la ONU" en contra de la rebelión a la que acusa de estar vinculada y apoyada por las bandas del yihadismo islámico.

El MNLA lo niega y ha contraatacado acusando a Francia de intoxicar a la comunidad internacional.
Sin embargo, el asalto al consulado de Argelia en el Gao liberado por una banda incontrolada que el jueves se llevó a punta de pistola al cónsul argelino y otros seis de sus colaboradores (aún en paradero desconocido), podría convertirse en una prueba de que los franceses tienen razón.

El secuestro en Gao fue reivindicado
por el Mujao , el misterioso Movimiento Unido por la Yihad en el Oeste de África que asegura tener también en su poder a los tres cooperantes secuestrados en los campamentos del POLISARIO (dicen que piden 30 millones de euros por su libertad). De hecho, la noticia del secuestro en Gao dio de inmediato fuerza a la tesis francesa que sostiene que el MNLA no controla el territorio y ha quedado en minoría frente a los tuaregs islamistas de Ansar Dine y sus aliados yihadistas. La respuesta de los líderes del movimiento ante esta sospecha fue contundente: declarar el viernes la independencia del Azawad con un solemne comunicado con el tono propio de quien se siente el amo sobre el terreno y no teme ni a Ansar Dine, ni a una fuerza de la Cedeao a la que el MNLA ya se ha mostrado dispuesto a combatir.

"Hace falta que la junta militar se aparte y que sea el presidente de la Asamblea nacional maliense u otro quien tome el poder constitucional y que este poder reciba ayuda para frenar el avance de El Aqmi”, habia dicho Juppé el jueves día, 5 identificando la franquicia del Al Qaeda magrebí con los independentistas tuaregs. Su guión parece estarse cumpliendo: los gobiernos de la CEDEAO, que comparten la alarma francesa de que un estado tuareg se convierta en una gran base de operaciones del yihadismo, han anunciado la vuelta a la normalidad en Bamako reafirmando su "apego a la unidad e integridad territorial de Malí" y prometiendo que la organización “empleará todos los medios, incluido el recurso a la fuerza, para asegurar la integridad territorial" del país.

El MNLA no se ha mostrado inquieto ni por esta declaración ni por la nueva advertencia con la que Juppé les ha vuelto a exigir que renuncien a su “declaración de independencia unilateral”. En París ya pueden decir que el regreso al orden constitucional “crea las condiciones para avanzar en la búsqueda de una solución política en el norte de Malí” que sus dirigentes, por el momento, han reaccionado como si lo que ocurra en Bamako, ya no les afectase.

“Tras la independencia del Azawad, comienza la limpieza de los terroristas”, titulaba con euforia una de las webs afines al MNLA en un texto en el que el movimiento anuncia con optimismo que, tras derrotar al Gobierno central y expulsar definitivamente a los antiguos compañeros de Ansar Dine de Tombuctú, el movimiento se lanza ahora al logro de nuevos éxitos: la persecución de las bandas yihadistas a las que se comprometen a erradicar de su territorio.

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