Una mirada a África como tablero de la geopolítica internacional

martes, 25 de diciembre de 2012

El Sáhara Occidental y sus vasos comunicantes con la secesión de Malí



El fin de año son días propicios para hacer balance. Considerando la situación del Sáhara Occidental, de  2012 yo reseñaría las declaraciones del enviado especial del secretario general de la ONU, Christopher Ross en la escala que hizo en Madrid dentro de su histórica visita a la zona, incluyendo los territorios ocupados por Marruecos y los liberados bajo control del Polisario. Fue en la capital española sin embargo, donde Ross subrayó que este conflicto se ha prolongado “demasiado tiempo”. 

Sus declaraciones son una advertencia para quienes suelen enarbolar argumentos de supuesta política realista para no obligar a Marruecos a cumplir el derecho internacional y poner fin a una anexión que la comunidad internacional nunca declaró legal: “Aunque para algunos pueda parecer tentador creer que es arriesgado buscar opciones para lograr la paz y que el statu quo al menos es estable, estoy convencido de que eso sería un error de cálculo,  especialmente cuando el statu quo está ahora amenazado por el auge de elementos criminales, terroristas y extremistas de la región del Sahel", dijo refiriéndose a las bandas islamistas que han aprovechado el vacío de poder creado por la rebelión Malí para tomar posiciones en el Azawad.” 

Estos dos últimos mes han sido densos de noticias para el resto del Sahel, donde el conflicto en el vecino Malí ha establecido vasos comunicantes con el del Sáhara Occidental convirtiendo toda la zona en un gran dominó. Por ejemplo, tenemos reciente la visita del primer ministro Hollande a Argelia, haciendo por fin lo que Francia debería haber hecho hace tiempo pero, a pesar de la "liberté, egalité y fraternité" la ha costado 50 años: reconocer que su guerra en Argelia para impedir la independencia de los argelinos fue una salvajada. Pero, ¿habría sido posible este giro sin la preocupación que le ha provocado a los franceses la alianza argelino-estadounidense para oponerse a sus planes de intervención en Malí?

La semana pasada el Consejo de Seguridad de la ONU, bajo la presidencia de Marruecos, aprobó una nueva resolución que, por fin, accede en parte a ese deseo francés de volver a poner orden en el norte de Malí al dar luz verde al envío de una fuerza internacional. Pero sólo es en parte, puesto que la resolución todavía no permite que esa fuerza marche hacia el Azawad a acabar con la secesión de los tuaregs ni la insurgencia de bandas islamistas, franquicia de Al Qaeda. Y, por otra parte, Hollande dijo cosas en Argel muy llamativas como, por ejemplo, que su postura sobre el conflicto maliense está ahora en la misma onda que la de los argelinos, es decir, la que considera algo irrealista que se pueda resolver el desorden con una intervención armada. También dijo algo llamativo en relación al conflicto del Sáhara Occidental: que Francia está por una solución basada en las resoluciones de la ONU. ¿Qué habrá querido decir? En Argelia es la pregunta de moda.

P. D. Que tengáis todos una feliz Navidad, felices fiestas y entrada de Año Nuevo. Mi belén como véis, está optimista en cuanto al Sáhara Occidental. Por cierto, haciendo guardia al arcángel juro que hay un tuareg con el arco y la flecha en ristre por si algún enemigo intenta desviar a los Reyes Magos de su camino....

domingo, 2 de diciembre de 2012

Cómo llevó Felipe González su "gobierno del cambio" al África hispana





Vídeo del histórico discurso de Felipe González en los territorios liberados bajo control del Frente Polisario el 14 de noviembre de 1976. No está de más darle un repaso.


Falto del prestigio y autoridad moral necesarios para afrontar los desafíos que impone su convalecencia, el PSOE se ha lanzado a rescatar el pasado para recordar que hoy, 2 de diciembre, se cumplen 30 años desde que Felipe González, juró ante el rey Juan Carlos, como primer presidente de Gobierno socialista tras haber logrado una mayoría que nunca más se ha vuelto a repetir . El  África hispana constituye un buen ejemplo de la trayectoria con el que iba a ser el “Gobierno del cambio”, se convirtió en una gran estafa a la ilusión de sus electores, víctimas de la ingenuidad juvenil y la inexperiencia política tras 40 años de hibernación en una dictadura deplorable y miserable. 

El caso más evidente fue el del pueblo saharaui al que Felipe González ya estaba traicionando antes incluso de jurar la Constitución. Siempre que se toca este asunto, es de ley recordar el solemne discurso en los campamentos saharauis donde dijo eso de que él estaba allí para algo más que prometer, porque eso ya lo habían hecho muchos otros y no se había cumplido. Lo suyo, les dijo a los saharauis, iba a ser lo propio de un gobierno que iba a cortar amarras con el pasado: “Sabemos que vuestra experiencia es la de haber recibido muchas promesas nunca cumplidas. No prometeros algo sino comprometerme con la historia. Nuestro partido estará con vosotros hasta la victoria final”. 

Este discurso de 1976 (arriba tenéis el vídeo completo), se ha convertido en el símbolo de la segunda traición española al pueblo saharaui tras los acuerdos del 14 de noviembre de 1975 con el que el último gobierno de Franco los había entregado, como decía González, a los "gobiernos reaccionarios de Marruecos y Mauritania". Sin embargo, no fue más que uno de los muchos actos de denuncia de los acuerdos de Madrid en una línea de oposición que Felipe González no alteró  hasta su triunfo en las urnas. Tan claro tenía entonces el PSOE que los mal llamado acuerdos de Madrid eran nulos de pleno derecho que el XXVII Congreso del PSOE adoptó una resolución que ratificaba el comunicado conjunto aprobado en su visita al Sáhara liberado reiterando su denuncia del falso tratado. “Ante la situación planteada en el Sáhara Occidental por el abandono del régimen franquista de las obligaciones que le correspondían como potencia administradora en el proceso de descolonización de este territorio, el PSOE manifiesta su profundo rechazo del acuerdo tripartito de Madrid del 14 de noviembre de 1975, mediante el cual se entregó el territorio a los regímenes marroquí y mauritano…” 


En septiembre de 1977, el entonces Secretario General del PSOE, junto al secretario General adjunto del Frente Polisario, Bachir Mustafá Sayed, hicieron público un comunicado en el que se afirmaba que España, como potencia administradora, no podrá extinguir sus responsabilidades mientras el pueblo saharaui no haya obtenido el efectivo ejercicio de su autodeterminación e independencia. Respaldando a Felipe González estaban otros importantes dirigentes socialistas como Luis Yáñez Barnuevo, Javier Solana y Luis Fajardo. 

Entonces no se hablaba de solidaridad sino de vergüenza y obligaciones incumplidas de España. De acuerdo con la promesa que había hecho a los saharauis de tomar todas las iniciativas posibles en el plano interior y exterior para anular oficialmente los acuerdos de Madrid, en 1979 González envió a la Mesa del Congreso de los Diputados una proposición no de ley en la que se pedía al Gobierno la denuncia formal del acuerdo tripartito. 

Durante esos años de oposición, la oposición socialista denunció al entonces gobierno de UCD de Adolfo Suárez de “irresponsabilidad histórica” e, incluso de corrupción por ratificar el acuerdo pesquero con Marruecos, señalando el peligro que para la seguridad de las islas Canarias supone dar facilidades al expansionismo de un Estado gamberro como es el marroquí. Pero, antes de que Felipe González jurase la Constitución, su ministro de Exteriores Fernando Morán ya había declarado el 30 de noviembre en un claro aviso de lo que iba a venir: “No solamente no haremos nada para desestabilizar al rey de Marruecos sino que realizaremos todo lo que esté en nuestra mano para mantener su estabilidad”. 
 

 Felipe González en 2009. Marruecos es el país más demócrata del mapa musulmán y no hay explotación ilegal de los recursos saharauis por parte de los invasores del territorio saharaui. 



Efectivamente, así fue. La anulación de los mal llamados Acuerdos de Madrid fue enterrada en el olvido con alevosía y premeditación, empezando por el silencio en la prensa bajo su esfera de influencia. Se firmaron nuevos acuerdos pesqueros y se hicieron todo tipo de concesiones a Hassán II, entre ellas obstaculizar la divulgación de las violaciones de los derechos humanos y la campaña a favor de los desaparecidos por la represión marroquí. Sin contar con que Narcís Serra gestionó una venta de armas a Marruecos sin precedentes.

Se le echó la culpa de la metamorfosis a la CIA y al Pentágono. Pero no hay que excluir que, como ocurrió en el caso de Guinea Ecuatorial, también abandonada por Felipe González a la tiranía del sátrapa Obiang, el fenómeno no tuviese que ver con la apremiante necesidad del nuevo gobierno de lograr el apoyo de Francia en la lucha contra Eta, entonces en uno de sus momentos de máximo recrudecimiento, o la entrada en la Comunidad Europea que en Bruselas habían ido aplazando con el pretexto de las dudas sobre el cambio democrático español mientras en la trastienda política se desarrollaba un duro pulso en el que España tuvo que hacer graves concesiones a Italia y, sobre todo, Francia, a costa de su producción agrícola y, en el caso de Inglaterra, a costa del olvido sobre Gibraltar.

La pista francesa con la obsesión de la grandeur imperial por francofonizar y extender su hegemonía a los retales de la presencia española en el continente africano, también asoma en Guinea Ecuatorial. En su momento, la oposición ecuatoguineana a la dictadura de Obiang (entre ellos Severo Moto) denunció que en la cumbre hispano-francesa de La Granja, en 1983, se había cedido a las pretensiones imperiales francesas a cambio de contrapartidas en otros escenarios más urgentes para España. Morán lo negó pero la trayectoria que siguió refleja una entrega progresiva de la influencia política y económica: el  ingreso de Guinea en la comunidad de países africanos francófonos, la renuncia a la moneda respaldada por la peseta y su sustitución por la moneda de la zona del franco, respaldada por Francia; el repentino cambio de opinión por el que, al último momento, en lugar de enviar un contingente de la Guardia Civil como estaba previsto, se decidió no hacerlo propiciando así la aparición de la nefasta guardia marroquí que durante años ha maltratado al pueblo guineano...





 
Vídeo de la expulsión de un mitin de Rubalcaba en Santa Cruz de Tenerife en las últimas elecciones de  simpatizantes de la causa saharaui que desplegaron banderas de la RASD. Rubalcaba se limitó a comentar ante el desenlace poco democrático de la escena:  "Lo que siente es que ahora quedan asientos libres y hay gente afuera"

Desde ese primer Gobierno de Felipe González de 1982, el PSOE  no sólo no ha hecho nada por la causa saharaui sino que, por lo contrario, ha sumado todo tipo de gestos en ayuda del anexionismo marroquí: desde expulsar de sus mítines a los votantes que todavía osan enarbolar banderas saharauis a legalizar asociaciones de “víctimas del terrorismo” en Canarias y aprobar iniciativas para tergiversar los hechos de la historia cuyo único objetivo es equiparar al Frente Polisario con Eta con una desvergonzada soltura, impensable en los firmantes de los acuerdos de Madrid.

El paso del tiempo ha demostrado que la conversión promarroquí de Felipe González fue sincera en lo referente al corazón. De lo contrario, una vez distanciado de sus responsabilidades del Gobierno, como mínimo, hubiese podido mantener un prudente y disimulado silencio. Pero no, donde ha podido, ha exhibido un gran entusiasmo a favor de los intereses de Marruecos dice él, por el bien de España y de los españoles.


domingo, 25 de noviembre de 2012

La XXII Cumbre Iberoamericana acoge a Marruecos y se olvida de la hispanidad de África

Por primera vez, Marruecos ha asistido a una Cumbre Iberoamericana formando parte del selecto grupo de invitados especiales que gozan de la categoría de observador asociado. La marroquí  se ha convertido así en la única representación africana en el evento que esta semana se ha celebrado en Cádiz, cumpliendo ese compromiso de Rajoy con una política exterior centrada en el vínculo iberoamericano y “el papel de la lengua española como nexo de unión e instrumento económico de primer orden”. 

 No está mal, la idea de celebrar la XXII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estados y de Gobierno con el telón de fondo del Bicentenario de la Constitución de Cádiz (La Pepa), rescatando el mérito histórico que fue la elaboración de una constitución democrática ejemplar para la Europa que en 1812 seguía en lucha contra el absolutismo del antiguo régimen y con la participación de 60 representantes de las que todavía eran colonias iberoamericanas. Pero llama la atención el privilegio dado a Marruecos en un evento volcado en la hispanidad y que, en cambio, se haya hecho caso omiso de los pueblos de Guinea Ecuatorial y el Sáhara Occidental, los únicos en el continente africano que se aferraron con lealtad y pasión a la lengua y cultura española.


En el caso guineano podría aducirse que la tiranía de Obiang no va a juego con los valores que alumbraron La Pepa y que tan decisiva influencia tuvieron para las independencias al otro lado del Atlántico. Pero, Marruecos, un país donde los jueces permiten que los presos políticos sean apaleados incluso en el tribunal, tampoco es ejemplo digno de La Pepa.

En cualquier caso, la Cumbre Iberoamericana ha coincidido este mes con el 44 aniversario de la incorporación de este pequeño país como miembro de pleno derecho de Naciones Unidas (el 126 de 193). El 12 de noviembre de 1968 (la independencia había sido proclamada el 12 de octubre), el representante ecuatoguineano ante Naciones Unidas, Saturnino Ibongo se había convertido en el primer delegado africano que intervenía en español ante un pleno de la ONU. En su discurso inaugural, Ibongo dedicó un especial saludo a los países hispanoamericanos y los lazos comunes de idioma y cultura”.

“En América, nuestra ex potencia administradora, España, se fundió y creó lo que un sociólogo mexicano ha llamado la raza cósmica", dijo Ibongo. "Nosotros, al participar en el ámbito cultural de la hispanofonía, sin perder nuestra auténtica personalidad africana, la enriquecemos haciendo de ella una de las fuerzas humano-culturales más comoscéntricas del globo, al extenderse sobre cuatro continentes. Esto no puede ser un estribillo lírico. No es una nostalgia; es una esperanza, un ariente para el futuro. Queremos ser el puente de Iberoamérica hacia África”. 

Pocos meses después Ibongo murió torturado por el primer presidente Macías, tío del actual dictador Teodoro Obiang, con cuya complicidad exterminó a toda una generación de intelectuales en nombre del antiespañolismo. Desde entonces, lucha por la libertad y defensa de la hispanidad han ido de la mano en la causa por la democracia de un pueblo con un sufrimiento a sus espaldas tan inmenso como su riqueza petrolera. Su heroica contribución a las "afinidades culturales y lingsticas" de la Cumbre Iberoamericana  (las que se supone Marruecos ha cumplido para poder ser observador), bien hubiese merecido una mención de apoyo en Cádiz. 

P.D. En la foto, Saturnino Ibongo y el embajador Jaime de Piniés al izarse la bandera de Guinea Ecuatorial en Naciones Unidas, el 20 de noviembre de 1968. / UN Photo/Teddy Chen

Por cierto, para quien lo haya leído y se queje de mi escasa producción, aquí va una colaboración para Espacios Europeos de mi cosecha:

La justicia marroquí tolera y aprueba que Mohamed Dihani sea apaleado en el juzgado



domingo, 11 de noviembre de 2012

El inquietante caso del "terrorista" y supuesto yihadista saharaui Mohamed Dihani




Españoles y saharauis exigiendo la condena de la violación de los derechos humanos en el Sáhara Occidental en la protesta del sábado en Madrid. Foto de Ricardo Aznar.


¿Podría el régimen marroquí fabricar una organización terrorista para desprestigiar al Frente Polisario? Mohamed Dihani, activista saharaui secuestrado y condenado a diez años de cárcel por las autoridades marroquíes que ocupan el Sáhara Occidental desde hace 37 años,  asegura que a él lo torturaron y violaron salvajemente para forzarle a colaborar en un proyecto de este tipo: poner el rostro al supuesto jefe de un grupo terrorista saharaui que se adhiriese a la vez al islamismo radical y la lucha del Frente Polisario.

 Mohamed Dihani, de 26 años,  es actualmente el centro de una campaña internacional por parte de  diversas organizaciones de prestigio en la lucha contra las violaciones de los derechos humanos. Gracias a ello, parte de su siniestro y dramático caso ha sido aireado en la prensa digital (la de papel, ni una línea). Estas informaciones, por ejemplo, han dado a conocer que Dihani fue detenido por miembros de los servicios de seguridad en las proximidades de su casa en El Aaiún y que, durante seis meses, estuvo desaparecido en Temara, una cárcel secreta marroquí donde fue torturado y violado salvajemente mientras su familia intentaba inutilmente recabar noticias sobre su paradero de las autoridades marroquíes.  Pero incluso en estos reportajes han quedado excluidos una serie de datos inquietantes no sólo para quienes se sienten comprometidos en la lucha por las libertades y la dignidad humana sino, también, para los encargados de garantizar la seguridad ante posibles amenazas terroristas. ¿Tendrá que ver en ello el respeto que todavía infunde en los informadores el poder que Marruecos demostró tener en España contra periodistas críticos como el recientemente fallecido José Luis Gutiérrez?

Los informes de las organizaciones que han recabado el testimonio de saharauis que coincidieron en la cárcel con Dihani y miembros de su familia que han podido visitar al preso hacen constar que el joven activista acusa a las autoridades marroquíes de retenerlo en prisión por haber denunciado el plan con el que sus carceleros pretendían que se prestase a hacerse pasar como el jefe de una célula yihadista simpatizante del Frente Polisario. Según este relato de Dihani, en Temara sus verdugos le ofrecieron acabar con el tormento al que lo habían sometido, la libertad e, incluso, compensarle con dinero y una vida cómoda, si se plegaba a reivindicar operaciones terroristas que otros se encargarían de efectuar contra los cascos azules de la Minurso, la cinta de los fosfatos de Bu Craa y otros objetivos.  El joven no sólo se negó a ello sino que le contó lo ocurrido a Brahim Dahane una de las figuras más relevantes del movimiento de derechos humanos en el Sáhara Occidental, presidente de la Asociación Saharaui de Víctimas de Violaciones de los Derechos Humanos (ASVDH) que coincidió con él en la cárcel tras haber sido detenido por haber visitado los campamentos de refugiados del Frente Polisario en Tinduf.

En cuanto Dahane recuperó su libertad, denunció el montaje del que había sido víctima su antiguo compañero de prisión en una rueda de prensa y ante el comité de Derechos Humanos de la ONU. Según han relatado familiares del joven preso a los abogados del Observatorio aragonés para el Sahara Occidental, ello le costó a Dihani ser sometido de nuevo a terribles vejaciones con las que sus carceleros intentaron obligarle a que se retractase públicamente de la versión que le había dado a la ASVDH.

La Sección de Derechos Humanos del Real e Ilustre Colegio de Abogados de Zaragoza, Asociación Pro Derechos Humanos de España (APDHE),  Western Sahara Human Rights Watch (WSHRW), la Asociación Española para el Derecho Internacional de los Derechos Humanos (AEDIDH) son algunas de las prestigiosas organizaciones que han denunciado con firmeza la arbitrariedad con que la justicia marroquí ha acabando manteniendo en la cárcel a Dihani y exigen que se le de al activista un juicio justo cuando mañana (12 de noviembre) su caso se volverá a juzgar en un tribunal de Rabat.

Estas organizaciones consideran una burda farsa el juicio que le halló culpable de acusaciones tan graves (de ser ciertas) como las que le atribuyen formar parte de un grupo yihadista que iba a atacar en Italia una línea de ferrocarril entre Livorno y Roma o la de preparar un atentado contra una alta personalidad del Vaticano.  Según los expertos legales de estas organizaciones, estas acusaciones no se  han apoyado en más prueba que la de la mera palabra de los verdugos que lo torturaron brutalmente para arrancarle la confesión que Dihani se ha negado a ratificar ante el juez y en el hecho de que el joven activista ha residido en Italia (en su pasaporte consta que es residente de Cinigiano (Grosseto) donde trabajó como camarero y vendimiador. 


El padre de Mohamed Dihani en su casa de El Aaiún en una foto de uis Mangrané, abogado del Observatorio aragonés para el Sahara Occidental que lo entrevistó en septiembre.
 

Los aliados del anexionismo marroquí podrán decir que Dihani se ha inventado la historia para favorecer la causa del Frente Polisario y de la autodeterminación del Sáhara Occidental por la que ya había sido detenido en otras ocasiones. Sin embargo, lo sorprendente, es que, pese al gran interés que hay en Marruecos por acusar de terrorismo y extremismo islámico a los saharauis que luchan contra la ocupación marroquí, se haya corrido un tupido velo sobre la condena de Dihani. De ser cierto lo de sus planes terroristas contra el Vaticano, lo normal es que estuviesen aireando el tema urbi et orbe para dar fuerza a la tesis con la que Mohamed VI intenta demostrar que un estado independiente saharaui se convertiría en un peligro para la paz internacional.

Claro que ello también obligaría a tener que dar explicaciones sobre ciertas incongruencias en la versión oficial. Por ejemplo: la fecha de detención oficial de Dihani es 29 de octubre de 2010 cuando, en realidad desapareció el 28 de abril de ese mismo año. Otra contradicción es que la denuncia policial asegura que Dihani se encontraba huido desde el 4 de marzo de 2010 y que existía un expediente oficial por dicha huida, cuando su pasaporte demuestra que entró legalmente en el Sáhara ocupado desde Mauritania por un puesto policial donde le estamparon el sello de entrada en el pasaporte y le dejaron pasar sin problemas el 27 de abril de 2010, un día antes de su detención.

En cualquier caso, tanto si Dihani mintió o dijo la verdad, dado el peligro que implica que el terrorismo se convierta en una baza política propongo que la Audiencia Nacional, volcada en la lucha contra este tipo de amenaza a la seguridad, investigue el caso. Al fin y al cabo, además, Dihani es saharaui nacido en el Territorio No Autónomo del Sáhara Occidental pendiente de descolonizar cuya administración la ONU sigue atribuyendo a España.

P.D. Queridos lectores como dijo un compañero de El País, lo previsible es que la lista del ERE de Cebrián comenzase por los más incómodos. Muchos sabéis que yo formaba parte de este selecto contingente, entre otras cosas por mis actividades extralaborales En Arenas Movedizas donde pude compensar la pasión por contar historias que me habían arrebatado al condenarme al turno de noche. Luché y resistí como gato panza arriba para que no pudiesen decir que me había dado por vencida ni siquiera cuando hace año y medio me quitaron la mesa y la silla creyendo con ello que me iría a llorar a mi casa. Pero ahora el ERE ha zanjado esta batalla y si veis que estoy una temporadita en silencio es porque la cola del paro está acaparando mis energías. Intentaré mantener el diario.

miércoles, 7 de noviembre de 2012

Christopher Ross recupera en su viaje al Sáhara la confianza del Frente Polisario en la ONU



Arriba, Christopher Ross en El Aaiún junto a Aminetu Haidar y otros activistas de los derechos humanos con los que se encontró en su gira. Abajo, en los territorios liberados junto al ministro de Defensa Mohamed Lamine Uld Buhali. 



El Frente Polisario está de lo más satisfecho con la visita de Christopher Ross al Sáhara Occidental. “Ha dado un mensaje claro de que la comunidad internacional quiere dar una solución al conflicto”, dictamina Bucharaya Beyun, representante en Madrid del Frente Polisario. La razón de este optimismo es que esta parte de la gira del diplomático norteamericano por la región es histórica no sólo porque, por primera vez en 37 años de conflicto, Ross es el primer enviado personal del secretario general de la ONU que visita los territorios saharauis ocupados por Marruecos, sino por las formas y contenido que ha impuesto el diplomático estadounidense.

Para empezar, Christopher Ross se plantó en El Aaiún en un avión que llevaba bien visibles las insignias de la ONU. El “gobernador” títere de la administración marroquí lo esperaba a pie de pista junto al diplomático alemán  Wolfgang Wolfgang Weisbrod-Weber que es desde el pasado junio el Representante Especial del Secretario General de las Naciones Unidas en el Sáhara Occidental y jefe de la MINURSO (Misión de la ONU para el Referéndum del Sáhara Occidental). Tras desembarcar, Ross se limitó a saludar al representante de la administración ocupante cortésmente pero,  allí lo dejó al marcharse en un coche de la ONU, sin invitarle a compartir el recorrido dejando claro que a quien correspondía recibirle, era a su colega alemán.

Algo se le debía de haber advertido a las autoridades marroquíes, que ni se habían molestado en preparar los habituales comités de bienvenida con miembros del Corcas y notables supuestamente adheridos a las tesis de un Sáhara marroquí. Por el contrario, desde su llegada a El Aaiún Ross no paró de celebrar encuentros con representantes de las diversas organizaciones de derechos humanos (de los que la foto de grupo que aquí publicamos sólo es una limitada muestra), lo que supone otro importante cambio de cara a la población saharaui: la ONU que hasta ahora hacía la vista gorda a las maniobras con que los marroquíes impedían que los saharauis se acercasen libremente a sus instalaciones, reconoce implícitamente que la voz de la población del interior no se limita ni a la representación del Frente Polisario en Tinduf ni, mucho menos, a los interlocutores saharauis impuestos a dedo desde Rabat.

Pero, además, en El Aaiún, Ross visitó lugares aparentemente ajenos al circuito político onusiano como Cabeza playa, el puerto situado a unos treinta kilómetros de distancia de la capital de la ex provincia española donde se embarca el fosfato de los yacimientos de Fos Bucraa que explotan ilegalmente los invasores. Una curiosidad de turista quizás, pero muy propia de quien está decidido a dejar claro que lo quiere ver todo y, muy importante, que está decidido a moverse por la ciudad y alrededores sin restricciones y sin acompañamiento que no haya elegido él.




Un gesto que seguramente no habrá gustado a las autoridades marroquíes es que Ross se trasladó desde El Aaiún a Tifariti, la “capital” de la RASD en esa franja del territorio que quedó liberada de la ocupación marroquí hasta hoy y que, cíclicamente, Marruecos amenaza con invadir para que no se pueda decir que hay territorios saharauis liberados sobre los que la RASD ejerce su gobierno. Ross llegó allí en un helicóptero de la ONU y, además de entrevistarse con el ministro de Defensa saharaui, paseó a su gusto, tomándose su tiempo visitando el museo, la escuela, el dispensario y otras instalaciones. Normalmente las visitas de los representantes onusianos al Sáhara controlado por el Polisario suelen ser de horas, pero Ross se quedó en Tifariti a pasar la noche. Luego, desde allí, de nuevo en helicóptero hasta Mahbés, en territorio ocupado, con un rumbo que restablece una unidad entre las partes del territorio dividadas por los muros marroquíes.

Es significativa la discreción sobre la visita de Ross que han mantenido los medios de prensa oficialistas marroquíes, que limitan sus comentarios a los mensajes a favor de la anexión que los representantes políticos transmitieron al diplomático estadounidense en su paso por Rabat y suelen obviar lo que pasó a partir de su salida de la capital marroquí. Da la impresión de que  en Rabat prefieren no introducir datos que interfieran en el mensaje con el rey Mohamed, en su discurso para celebrar la Marcha Verde con la que en 1975 su padre invadió la provincia española,  ha vuelto a insistir ayer ante su opinión pública en que no ha habido cambios en la política de hechos consumados anexionista.  Hay quien ha señalado que los informativos marroquíes censuraron unas declaraciones de Ross en Rabat en las que el Sáhara se quedó sin el “Occidental” y se borró el término “autodeterminación” poco acorde con la versión oficial marroquí de que hay que buscar una solución de consenso. Aunque, también hay que decir, que Ross volvió a utilizar esa coletilla de que la solución debe ser “mutuamente aceptable” en su visita del lado Polisario.

En cualquier caso, Ross ha marcado un giro a favor del prestigio de la ONU al tomarse la molestia de marcar distancias con las autoridades de la administración invasora, como corresponde al representante de una organización que nunca ha reconocido la pretendida soberanía marroquí sobre el territorio. Tener que decir que Ross ha dado un giro haciendo lo que debería ser lo normal en un alto cargo de Naciones Unidas, corresponde a una situación en la que, como diría el embajador norteamericano Frank Ruddy, eran los agresores marroquíes los que imponían su voluntad, condiciones y hasta su bandera (en las propias instalaciones de Naciones Unidas) a los representantes onusianos. Una situación en la que la confianza en la ONU de los saharauis de la calle tanto en las zonas ocupadas como de los campamentos ha descendido a niveles tan mínimos, que a duras penas lograron los dirigentes saharauis contrarrestar las peticiones de regreso a la guerra en su último Congreso.


Ya contamos que el secretario general de la ONU Ban ki-Moon dio signos de querer cambiar las cosas en abril, cuando denunció, aunque con suavidad, las tropelías con las que Marruecos ha estado saboteando la labor de la MINURSO y que, desde 1991, han impedido la celebración de la consulta onusiana. También contamos en mayo (en plena feria de san Isidro), que Marruecos había respondido a la ONU con una peligrosa cornada, retirando la confianza a Christopher Ross. Parecía que el majzén iba a volver a imponer su dinámica de extorsión a  Naciones Unidas sin que nadie dijese ni mu pero, tras ser confirmado en agosto como primer espada para el Sáhara, Ross se ha tirado al ruedo para torear con oficio y por lo fino.

Ahora, a ver si logra seguir por este camino hasta rematar la faena. Una primera pista nos la dará ese informe que deberá presentar ante el Consejo de Seguridad: a ver qué dice de la represión con que las fuerzas de ocupación intentaron silenciar las demostraciones que los saharauis tuvieron que improvisar (se mantuvo el secreto sobre la visita a El Aaiún hasta casi el último momento) para que vuelva a Nueva York sin sombra de duda sobre el rechazo de la población a los invasores. También  habrá que explicar este inédito secretismo en una visita onusiana que, con toda probabilidad fue una concesión a la parte marroquí.


La misteriosa aparición de un avión militar español en El Aaiún 



Christopher Ross en El Aaiún ante el avión de la fuerza aérea española que facilitó sus traslados por la región.
 
Otro detalle interesante sobre la visita de Ross: como ya avanzamos en la página del diario de entradas cortas (pinchar aquí está por si no lo sabéis), en este complejo viaje apareció un avión de las fuerzas aéreas españolas. Lo hizo el sábado en El Aaiún, adonde Ross volvió para viajar desde allí a Tinduf, en Argelia, para iniciar la visita a los campamentos de refugiados. Este avión también lo trasladó a Mauritania, adonde el diplomático estadounidense siguió su gira el martes. 

Al parecer, fue Ross quien pidió a España que le prestase ayuda en el trasporte durante las entrevistas que se celebraron en la sede de Nueva York de la ONU durante la Asamblea General y el Gobierno de Rajoy ha respondido con el envío del aparato militar, en consonancia con su compromiso de dar pleno apoyo a los esfuerzos del enviado personal para reactivar el proceso en busca de una solución al conflicto. 

España también contribuyó durante el Gobierno de Aznar con un avión militar al traslado del antecesor norteamericano de Ross, el ex secretario de Estado James Baker cuando hizo una gira por la región. Entonces a Mohamed VI no le hizo mucha gracia este detalle. Suponemos que tampoco habrá sido plato de su gusto ahora ya que con ello Ross viene a recordar públicamente que, en relación al Sáhara,  lo normal es que la ONU le pida ayuda a España y no a otra potencia por el papel que le corresponde desempeñar en la solución del conflicto como potencia administradora que sigue siendo de este territorio no autónomo pendiente de llevar a término su proceso de descolonización. Digan lo que digan el PP o el PSOE.

P.D.: Más cosas sobre los efectos de la visita de Ross al Sáhara ocupado: Al parecer, Marruecos está intentando acabar con todos los testigos extranjeros en los territorios ante el peligro de que las protestas que su represión no ha hecho más que multiplicar se extiendan con el inminente segundo aniversario de los trágicos sucesos de Gdeim Izik. Fuentes saharauis aseguran que ya son 14 los extranjeros expulsados de los territorios ocupados, diez españoles y el resto noruegos. Aquí os dejo dos informaciones que elaboré con la periodista saharaui Salambuha Bubacar lecuara sobre los últimos acontecimientos en el Sáhara:

Mohamed VI atacado de los nervios, recurre a los imanes para tratar de tranquilizar a los saharauis

Marruecos no quiere testigos extranjeros en el Sáhara

miércoles, 31 de octubre de 2012

Hillary Clinton le da la razón al presidente de Argelia sobre el conflicto de Malí


                                              Hillary Clinton y Abdelaziz Buteflika.
                                                                  Foto: Embajada de EEUU en Argel.



Hillary Clinton estuvo el lunes en Argel donde se entrevistó (por segunda vez desde que es ministra) con el presidente Abdelaziz Buteflika. Según la agencia France Presse (AFP), y la prensa española y marroquí que reprodujeron esta versión,  la visita de la secretaria de Estado norteamericana tuvo como objetivo presionar al Gobierno argelino para que dé su apoyo a la intervención internacional en Malí. ¿Hubo realmente presión de los EEUU en Argel como ha aireado la agencia pública de noticias francesa? 

En realidad, decir que se insta a Argelia a que apoye la intervención da por implícito que este país se sigue oponiendo a la intervención, lo cual no es cierto. El Gobierno argelino ha acatado en sus recientes declaraciones la resolución 2071 aprobada por el Consejo de Seguridad de la ONU el pasado día 12 que toma en consideración la propuesta francesa para que se intervenga en el país vecino con el que Argelia comparte una frontera de unos 1.400 kilómetros. Otra cosa, es que en Argel sigan mostrándose escépticos sobre una intervención militar que, dicen allí, podría empeorar la situación, en lugar de mejorarla, si antes no se resuelve el problema que dio origen al conflicto: el de las reclamaciones de la comunidad tuareg que declaró la independencia del Azawad.

En cualquier caso, un repaso a los comunicados del departamento de Estado no refleja que haya graves discrepancias entre Washington y Argel en relación a la cuestión de Malí, ni que Clinton fuese en son de bronca a su encuentro con Buteflika, como da a entender la AFP, para dar un enérgico respaldo a la posición de Francia, potencia instigadora de la intervención africana.

En la nota que el departamento de Estado publicó sobre este encuentro, se subraya que tanto el presidente argelino como la secretaria de Estado estuvieron de acuerdo en que es necesario trabajar en el marco de la cooperación que EEUU y Argelia vienen desarrollando en la lucha contra el terrorismo para ayudar al Gobierno de Malí a hacer frente, con la ayuda de la ONU y la Unión Africana y la Cedeao,  a los peligros contra la seguridad, es decir los grupos terroristas que han proliferado a raíz de la la secesión tuareg del norte de Malí.

Lo más interesante, sin embargo, es que el departamento de Estado también ha subrayado que ambos estuvieron de acuerdo sobre “la necesidad de asegurar que el proceso político dentro de Malí resuelva la legítimas demandas de las fracciones más moderadas de los tuaregs con el fin de que puedan ver su futuro dentro de un estado democrático y unitario de Malí y se reduzca el espacio de acción de los extremistas”. Es decir, Clinton ha dado un buen espaldarazo a las tesis de Argelia frente a la tajante negativa de Francia que no distingue entre los grupos tuaregs que declararon la independencia del Azawad y que rechazan el yihadismo, de las bandas adheridas a Al Qaeda.

El encuentro entre Clinton y Buteflika abría ayer la web del Departamento de Estado como evento destacado con un epígrafe en el que la propia secretaria de Estado, subraya su agradecimiento a la oportunidad que el presidente argelino le dio de conversar “a fondo” sobre la cuestión maliense y alaba sus análisis al respecto “basados sobre su larga experiencia y los muchos y complicados factores que hay que tener en cuenta para hacer frente a la inseguridad interna y la amenaza terrorista en Malí”.

Si nos atenemos a los comunicados oficiales, no sólo  no hay rastro de la versión de France Presse sino que, por el contrario, parece que haya sido Buteflika el que ha convencido a Clinton, y no lo contrario. Tanto, que hoy en la prensa argelina celebraban con optimismo que quizás los franceses no vean cumplidos sus previsiones de que “habrá intervención en Malí en unas semanas”.


P.D. Un apunte sobre el Sahara. Otro dato a tener en cuenta sobre el juego de EEUU en el norte de África: a diferencia de la anterior visita de Clinton a Argel, esta vez, la secretaria de Estado no ha hecho escala en Rabat, ni siquiera de forma simbólica. Mientras en Argel Buteflika recibía el reconocimiento de Washington a su sabiduría y cooperación en la lucha contra el terrorismo, en Rabat el lunes tenían que tragar el sapo del comienzo de la visita del embajador norteamericano, Christopher Ross, el enviado especial del secretario general de la ONU para el Sáhara Occidental con el que intentaron, sin lograrlo, la misma jugada que hicieron con su antecesor estadounidense en el mismo cargo (el exsecretario de Estado James Baker), al que obligaron a dimitir. Tras haber sido cuestionado por Rabat, Ross ha salido tan airoso que hoy iniciaba una visita en el Sáhara ocupado. Los saharauis tienen  planeado darle un gran recibimiento  en El Aaiún, especialmente en el emblemático (para la lucha por la independencia) barrio de Maatala, desafiando el miedo a las posibles represalias de las fuerzas de ocupación marroquíes.

sábado, 13 de octubre de 2012

Hollande se da un festín de Francofonía tras lograr el apoyo de la ONU a una intervención en Malí



Niñas de Malí en los campamentos de refugiados de su paús en el vecino Níger.

UNHCR/ H. Caus

El Consejo de Seguridad de la ONU aprobó ayer por unanimidad una resolución promovida por Francia y Marruecos en apoyo de la intervención de una fuerza militar africana en Malí cuyo objetivo es ayudar al Gobierno de Bamako a “reconquistar” el norte del país. Se trata de un importante avance para la diplomacia francesa que, desde la declaración de independencia de los tuareg del Azawad, el pasado abril, está volcada en una intensa actividad para contrarrestar la partición de su ex colonia. No es, sin embargo, una victoria redonda ya que no da luz verde definitiva a una acción  armada que requerirá el cumplimiento previo de una serie de condiciones de laboriosa ejecución.

“Esta es una primera resolución que será seguida por un plan más detallado en las próximas semanas”, dijo el presidente de turno del Consejo de Seguridad, el embajador de Guatemala, Gert Rosenthal, al explicar la iniciativa. Según dijo, el texto solicita al secretario general de la ONU Ban Ki-moon que provea de inmediato de planificadores militares y de seguridad para que contribuyan al trazado de una hoja de ruta que responda a la solicitud de apoyo que el Gobierno de transición de Malí hizo a la ONU el pasado septiembre. Estos expertos deberán trabajar conjuntamente con las autoridades malienses y los responsables de la Cedeao, (la organización Económica de los Estados de África Occidental) y la Unión Africana, que están dispuestos a suministrar una fuerza de 2.000 hombres.  

“Se le pidió al secretario general que presente una propuesta concreta en un plazo de 45 días”, dijo Rosenthal. Habrá que ver ahora, qué dicen ahora los gobiernos de Argelia, Mauritania y Chad, los países que no forman parte de la Cedeao pero que tanto en la ONU como en la Unión Africana quieren que se involucren en la operación.

Aunque la resolución de ayer, al menos en teoría, no deja todavía manos libres al despliegue militar tan deseado en París, el presidente François Hollande ha podido marchar a la cumbre de la Francofonía que ayer se inauguró en Kinshasa, la capital de la República Democrática de Congo (RDC), con una baza que da testimonio ante sus antiguas colonias de su todavía considerable capacidad de maniobra en la escena internacional.

Hollande hará todo lo posible para que esta gira africana, la primera desde que fue elegido hace cinco meses, inyecte confianza en sus conciudadanos, muy necesitados de grandeur en estos tiempos de crisis, y también, para hacer una exhibición de poderío que sirva de aviso a las Merkel y Obamas sobre la firme voluntad francesa de no recular de su posición de superpotencia.

En Dakar, donde hizo una primera escala, pudo darse un satisfactorio baño de multitudes que dijo, le hicieron sentir que “era toda Francia la que era festejada” con tan caluroso recibimiento. Todo indicaba que en Kinshasa lo iba a tener algo más difícil, ya que la organización de la cumbre ha estado presidida por la polémica.  

Hollande ya perdió un pulso frente al senegalés Abdu Diuf, presidente de la OIF, que no quiso atender sus peticiones para que se cambiase la sede de la reunión por considerar que la RDC es un estado policial que no respeta los derechos humanos y con una situación política "inaceptable".  Su propósito de recordar al presidente congoleño Kabila que el compromiso con la francofonía es algo más que compartir un idioma, podría tensar la cuerda de las ya difíciles relaciones con el país que, con 69 millones de habitantes, es el más poblado del mundo leal al francés como primera lengua.

miércoles, 10 de octubre de 2012

Malestar en Argel por el giro de Estados Unidos a favor de la intervención de Francia en Malí




El representante francés ante la ONU, Gérard Araud, interviene ante la prensa tras la reunión del Consejo de Seguridad de la ONU sobre Malí, el pasado día 4. / UN Photo/J Carrier




Francia, como era de esperar, volvió a la carga con su plan de intervención en Malí y, esta vez, parece que ha logrado un importante avance al lograr el apoyo de Estados Unidos que, hasta ahora, se había mostrado reticente a una acción armada para acabar con la secesión tuareg del norte de Malí. La diplomacia francesa sigue, sin embargo, enfrentándose a un duro escollo, el de la oposición a sus planes de Argelia y Mauritania que han contestado a este giro americano, reafirmando su coincidente rechazo a la intervención internacional en sus fronteras.

Esta nueva ofensiva francesa se desencadenó el pasado día 2, cuando el representante francés ante la ONU, Gérard Araud, anunció en Nueva York que estaba elaborando un proyecto de resolución en la ONU a favor de su plan de intervención en Malí. Hubo una reunión a puerta cerrada en el Consejo de Seguridad de la ONU el día 4, tras la cual se filtró que en el departamento de Estado en Washington han decidido dar un giro y contentar a los franceses dando luz verde a su proyecto.

Oficialmente, sin embargo, los portavoces de Hillary Clinton siguen sin pronunciarse con claridad sobre la cuestión. No van más allá de confirmar que mantienen “consultas muy intensas” sobre esta cuestión con el Gobierno de Malí, los colegas franceses y los países que integran la Cedeao (Ecowas en inglés) la organización a la que París ha recurrido para orquestar una intervención que cumpla con el requisito de no ser nominalmente francesa y colonialista.

De hecho, un ejemplo de ello, ha sido la visita que el secretario de Estado Adjunto para Asuntos Europeos y Euroasiáticos del Departamento de Estado de EE UU, Philip H. Gordon, realizó el pasado fin de semana a París para hablar con el Gobierno de Hollande principalmente de la situación en Malí y, algo menos, de Afganistán donde los americanos quieren que Francia mantenga su presencia militar. Allí  Gordon aseguró al diario Le Monde: “apoyamos a Francia y si decide que es necesario intervenir militarmente, puede contar con el apoyo de Estados Unidos”.

Pese a esta declaración, en Washington han seguido eludiendo en días posteriores contestar a la pregunta clave (¿apoyan o no una intervención militar promovida por Francia?). El martes, un portavoz del departamento de Estado se limitó a decir al respecto, que lo que en Washington van a apoyar es una solución de la Ecowas “bien desarrollada” , “bien pensada” y que los franceses están trabajando con esta organización para que el posible plan cumpla con estas condiciones.

Esta indefinición no ha gustado en Argel que sigue oponiendo un férreo rechazo a la intervención militar en el país vecino.  Su respuesta al giro norteamericano ha sido la de volver a reafirmar que lo que necesita Malí son soluciones políticas, a través del diálogo, y no militares. El Gobierno mauritano también ha confirmado seguir en esta misma línea en una entente con Argel que el Gobierno de Hollande, hasta ahora, no consigue romper. El rechazo de Argelia y Mauritania incomoda a la Ecowas que quiere contar con estos dos países que no forman parte de la organización pero cuya colaboración es esencial para el éxito de una operación militar.

P.D Queridos y sufridos lectores, ya sé que ha sido una larga ausencia pero se me ocurrió volver a las aulas universitarias y los exámenes se juntaron con el Ere de El País. Para los curiosos sobre este asunto (lo de las notas es secreto) podéis consultar mi página de diario corto a la que todo el mundo tiene acceso aunque no sea de facebook:
 http://www.facebook.com/enarenasmovedizas?fref=ts
Saludos, Ana

lunes, 3 de septiembre de 2012

El Frente Polisario declara la guerra al yihadismo


Mapa de ACNUR (Alto Comisariado de la ONU para los Refugiados) con la situación de los campamentos del Frente Polisario en una encrucijada fronteriza, en el sureste de Argelia.



Estupor y gran revuelo han causado entre los propios saharauis afines al Frente Polisario las declaraciones con las que sus  dirigentes han reconocido que hay saharauis que se han alistado a grupos del radicalismo islámico en auge en el vecino Malí como Al Aqmi o el Mujao. Hay quien incluso ha expresado públicamente su indignación por un giro que, aunque cumpla con la verdad, se lo pone en bandeja a la campaña mediática con la que, desde Marruecos, se viene difundiendo todo tipo de bulo para desprestigiar la causa saharaui colgándole el sanbenito del terrorismo. La polvareda que con ello se ha levantado, ha hecho pasar desapercibido el calado de una jugada con carambola.
Es verdad, como bien dice por ejemplo, Haddamin Moulud Said, que resulta sorprendente que el ministro de Defensa saharaui, Mohamed Lamín Buhali, de carnaza a la propaganda del enemigo cuando, aparentemente, no se ha producido ninguna novedad que justifique un cambio a la férrea política con la que, hasta ahora, el Polisario y sus simpatizantes han negado por activa y por pasiva la participación de saharauis en el yihadismo saheliano, incluyendo el misterioso Mujao, el grupo que se atribuyó el secuestro de los tres cooperantes en los campamentos de refugiados saharauis. Lo relevante  de este golpe de efecto, sin embargo, no es que el Polisario reconozca que pueda haber unos  veinte  saharauis alistados en grupos yihadistas. Lo realmente interesante es que, a renglón seguido Buhali añada que el Polisario, tan preocupado está por la amenaza yihadista, que está dispuesto a formar parte de esa fuerza de intervención africana de la CEDEAO que Francia está intentando por todos los medios que intervenga en el norte de Malí para acabar con el problema.

Los marroquíes, de acuerdo, han podido entonar de inmediato un "ya lo habíamos advertido". Pero, la "confesión" saharaui tiene un reverso doblemente beneficioso para la posición saharaui.  A estas alturas, lo sorprendente sería que no hubiese ningún saharaui en esas bandas que, llevando la franquicia de Al Qaeda en el Sahel, llevan diez años secuestrando a europeos en esa parte del desierto sahariano con acciones que bien podrían tomarse como la moderna versión de los antiguos gazis o razias que las nómadas practicaron en la era precolonial, incluso contra sus hermanos de religión. 

En una situación como la creada por el alto el fuego de la ONU en 1991, en la que el cese de las hostilidades sólo ha aportado a los saharauis frustración y una desesperante espera, los grupos que se atribuyen la sucursal de Al Qaeda, ofrecen una muy fuerte tentación a los jóvenes saharauis sin expectativa ante el futuro. Así que, más vale prevenir que tener que curar el auténtico daño que causaría el ruido que podrían provocar los marroquíes exhibiendo en sus giras mediáticas algún saharaui hecho prisionero en las refriegas del conflicto de Malí, relatando sus experiencias en las filas del Mujao.

Veinte o 25 saharauis cometiendo un error, no ponen en peligro la “pureza” de la causa saharaui, como tampoco lo hace, que haya saharauis colaboracionistas de los invasores marroquíes.  En cambio, la declaración de guerra al yihadismo de Buhali postula a los saharauis como parte a tener en cuenta en el complejo tablero del conflicto maliense. Su participación en una fuerza africana no es descabellada. Bastaría, como dice Buhali, con que lo quisiese la Unión Africana, una organización que juega un papel clave como portavoz de los africanos en la ONU y con la que Francia ha tenido que contar para que el Consejo de Seguridad tome en consideración la posibilidad de intervenir en Malí. 

La República Árabe Saharaui Democrática (RASD) proclamada por el Polisario en los territorios liberados el 27 de febrero de 1976, fue admitida en 1984 como miembro de pleno derecho por la Organización de la Unión Africana (OUA), antecesora de la Unión Africana surgida en 2002, de la que la RASD es miembro fundador.  Allí los saharauis gozan de fuertes apoyos gracias a la influencia regional de su aliada Argelia y la ausencia con la que Marruecos zanjó la amenaza de marcharse de la organización si se admitía a un estado saharaui. Dada el perjuicio que causa a los saharauis  el terrorismo yihadista (la retirada de los cooperantes es buen ejemplo de ello), tiene más sentido una participación saharaui en una fuerza internacional que no la de Burkina Faso, mucho más lejana al escenario del conflicto. Otra cosa es que ni a Marruecos ni a sus aliados franceses les haga gracia esta posibilidad que supone un implícito e indeseable, para sus intereses, reconocimiento del Estado saharaui.

Por de pronto, coincidiendo con este compromiso saharaui en la lucha internacional contra el terrorismo, Marruecos ha cambiado de postura respecto a la intervención franco-africana en Malí y se ha alineado con su eterna rival Argelia: ahora resulta que en Rabat ya no tienen claro que la solución militar deba ser, como dice Francia, la prioritaria. Antes de llegar a ese extremo, dicen, hay que buscar una solución política por la vía del diálogo con las fuerzas que han provocado la secesión del Azawad.

miércoles, 8 de agosto de 2012

Francia se crispa y pasa de la ONU





Refugiado de Malí en Burkina Faso.
Foto: UNHCR / H. Caux




Por ahora, no hay mandato de la ONU para la intervención de los países de la Comunidad Económica de los Estados del África Occidental (CEDEAO)  en Malí. En la reunión de ayer para tratar la cuestión, Ban Ki-moon le dio la razón a Francia y sus aliados africanos: la secesión tuareg está convirtiendo el norte del país en un santuario terrorista. Pero, a la hora de tomar medidas, se ha limitado a recomendar al Consejo de Seguridad  unas “sanciones selectivas, financieras y la prohibición de viajar, para individuos y grupos de Malí que estén implicados en actividades terroristas,  extremismo religioso y actividades criminales”.  

Los portavoces  de la CEDEAO han respondido que, pese a no tener la resolución que esperaban lograr, seguirán con los preparativos  del despliegue de 3.300 hombres y lo harán sobre terreno. Dicen que todavía confían en lograr el mandato antes de entrar en acción.

En términos parecidos, reaccionó Gerard Araud, el embajador francés ante la ONU en Nueva York. Algo crispado, vino a decir que la fuerza africana que París apoya, puede pasar de resolución de la ONU para actuar porque, legalmente, para intervenir en Malí, basta con que se lo pida el Gobierno de Bamako y eso está hecho. Pese a ello, Francia va a seguir intentando obtener una resolución de la ONU. Se supone que prefieren no correr el riesgo de que les acusen de violar la legalidad de la ONU, como le ocurrió al presidente Bush cuando lideró la intervención en Irak que acabó con Sadam Hussein. Puede que tengan otra oportunidad para ello el día 11.



¿Qué pinta España en la intervención francesa contra los tuareg?


Campos de refugiados tuareg de Malí en Burkina Faso.
Foto: UNHCR / H. Caux

Recapitulando y concluyendo:  el día 28 el Gobierno español anuncia una súbita operación urgente para rescatar a los cooperantes españoles en los campamentos. Los amigos del pueblo saharaui sospechan que lo del “peligro yihadista” oculta una maniobra para desprestigiar al Frente POLISARIO y, una semana después, García-Margallo reconoce que esta operación había sido “demasiado radical”. Pero el peligro en la zona sirve para anunciar un apoyo a una intervención en Malí que interesa mucho a Francia de cara al debate que hoy está previsto se desarrolle en la ONU.
No ha quedado demostrado en qué consistía el peligro (sin novedad desde el pasado diciembre) pero Rajoy ha evitado una posible polémica sobre la intervención. ¿Hubiese logrado lo mismo sin el show del ministro Margallo de Alerta en el Sáhara?


El Gobierno de Rajoy  hasta ahora no se había pronunciado sobre el proyecto francés de hacer intervenir una fuerza “africana” en Malí y eso que, desde abril, Francia se mueve con determinación y sin pausa a la caza de adhesiones a su plan, especialmente entre los socios de la Unión Europea. En junio, por ejemplo, la "necesidad” de actuar en Malí contra la secesión tuareg (lo que ocurra en Bamako le importa menos a París) se convirtió en uno de los temas estrellas de la reunión que celebraron en la capital francesa los ministros de defensa de Francia e Italia. Sus conversaciones tenían en principio como objetivo el relanzamiento de un proyecto de defensa europeo. Pero, héte ahi que, en la rueda de prensa que siguió al encuentro, el ministro francés anunció con solemnidad que Francia e Italia desean "una acción común" de los países europeos especialmente de los que se sientan afectados directamente por la crisis del Sahel" para dar una "respuesta global". El ministro italiano se limitó a matizar que “no hay que pensar siempre en una intervención militar y que la cooperación, el apoyo, es la fuerza de Europa”.

España es uno de los países de la UE, por sus intereses en el norte de África y vecindad geográfica, más autorizados para jugar el papel de “afectado” que le conviene a la causa de la intervención de Francia que se juega con la secesión tuareg un duro golpe a su hegemonía en el norte de África. Seguro que, igual que los franceses hablaron con los italianos para conseguir su apoyo, lo hicieron con el Gobierno de Rajoy que no se ha decidido hasta que la reunión del Consejo de Seguridad que hoy analiza su plan, se echaba encima. Es lógico que el Gobierno del PP se lo pensase, ya que  los intereses de España y Francia en este tablero no son del todo coincidentes: Francia con esta iniciativa busca restablecer un orden que ha asegurado, desde la independencia de Malí, la permanencia en Bamako de una clase política muy sumisa y favorable a las interferencias de la madre-patria, especialmente en lo relativo a la estrategia francesa para frenar la hegemonía regional de la rebelde Argelia. Sumemos a sus razones que el funcionamiento del interruptor de la luz de los hogares franceses depende de un programa energético cuya materia prima es el uranio de Níger y Malí.

España, en cambio, en esta partida habrá tenido que tener en cuenta las reticencias de Argelia, vecino del que depende nuestro abastecimiento de gas y aliado clave en la lucha contra el terrorismo islámico. El Gobierno presidido por Buteflika, hasta ahora, se ha opuesto a la intervención en Malí como por otra parte ya se opuso a la intervención internacional en Libia, dando con ello motivos a los franceses motivos para sospechar que un estado independiente del Azawad entraría en una indeseable órbita de los argelinos.


El ministerio de Exteriores español sí se había adherido a las condenas internacionales contra el auge de las bandas terroristas islamistas y la destrucción del patrimonio cultural realizado por estos yihadistas que, curiosamente, no quieren la independencia del Azawad. Quienes declararon la independencia el 6 de abril son los tuareg del Movimiento de Liberación Nacional del Azawad que, curiosamente, aseguran haber tomado las armas contra el Gobierno central con el propósito de expulsar a las bandas islamistas radicales que pululan por la región desde hace diez años gracias, dicen estos rebeldes,  a la tolerancia y complicidad de la clase política de Bamako a la que acusan de haberse enriquecido actuando como mediadores en los muchos secuestros de europeos que ha habido en la zona.  Difícil aclarar cuál es la versión buena, si la de quienes dicen que los islamistas y los del MLNA van de la mano, o la de los tuaregs enfrentados a los grupos islamistas de Ansar el Dine, Mujao y Al Aqmi, pero lo que sí han advertido los expertos del Real Instituto Elcano, dependiente del Ministerio de Exteriores, es que una intervención militar internacional podría dar alas a las fuerzas yihadistas y aumentar el riesgo de golpe terrorista contra España, lo que no favorecía un apoyo que al final se ha acabado dando.

Otro problema para Rajoy era el de la posible reacción de la opinión pública española: dados los precedentes, lo normal es que le tema más que a un nublado a un nuevo “No a la guerra” como el que hubo contra Aznar por la intervención en Irak, y más estando de por medio ese potente movimiento social de amigos del pueblo saharaui que se ha vuelto muy sensible a todo movimiento francés (y por tanto promarroquí) en los aledaños del pueblo saharaui.

El peligro de nuevos secuestros de cooperantes españoles, en cambio, ha acabado con estos obstáculos: casi, casi, a los simpatizantes del pueblo saharaui les ha parecido bien que España se una a un plan que, supuestamente, va a permitir que los españoles sigan cooperando en los campamentos sin temor a ser secuestrados.

La pregunta del millón ahora es qué gana España en todo esto: tal como están las cosas no estamos para exigir sino cruzar los dedos. Además, le debemos un favor a los que nos ayudaron a lograr la liberación de los tres cooperantes secuestrados en el Sáhara (el Gobierno de Bamako y Burkina Faso) grandes promotores de la intervención y sumisos aliados de la estrategia francófona en el continente africano. -capítulo 5 y FIN




PD. Con esto se acaba esta serie con la que he intentado recuperar el tiempo perdido en la ausencia del mes de julio y, sobre todo, las piezas del rompecabezas que creo faltaban para encajar el misterio de la súbita repatriación de los cooperantes. Con estos elementos, que cada uno saque sus conclusiones. Lo importante ahora, es que pasará hoy en Nueva York, si en el Consejo de Seguridad de la ONU por fin hablan de Malí.

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