Manifestación por el Sáhara en Madrid el pasado diciembre.
Querida Antònia:
me llamaron la atención tus reflexiones a
Por eso, a la hora de hacer balance sobre ultraderecha, me preocupa más la situación en Francia donde, mucho darnos lecciones de liberté y fraternité pero el lepenismo, además del subidón brutal de votos que ha cosechado en las urnas, se mueve con tal falta de pudor en las calles como para obligar a la policía a mantener un dispositivo de seguridad especial en Cannes para proteger la proyección de la película sobre el colonialismo en Argelia de Rachid Bouchareb (Hors-la-loi) de la furia de los guardianes del legado imperial francés. Como para que luego nos sorprendamos de que Francia lidere en la ONU, la Unión Europea y allá donde puede el consenso con la opresión del pueblo saharaui por parte de Marruecos, peón esencial de su estructura neocolonial africana...
Pero dejemos a un lado las disquisiciones politico-filosóficas y volvamos tras el rastro del gas enervante en el caso Garzón. No lo digo, repito, en tono de reprimenda (¡vade retro, Satanás!) sino en el papel de curiosa e inquieta observadora de la repercusión y secuelas que está cosechando cierto argumentario socio-político. Porque, fíjate, querida Antònia:
1) Me atribuyes (o eso parece) una opinión contraria a hacer justicia a las víctimas españolas de la Guerra Civil cuando yo, precisamente, me pronuncio a favor desde el primer párrafo utilizando intencionadamente una referencia a los valores cristianos (cuarta línea del comentario) que supuestamente son caros a esos españoles a los que el gas enervante les nubla la vista y les borra la memoria con el resultado de una visceral reacción adversa en esta cuestión que, digo yo, también tiene una vertiente de estricta aplicación de la caridad con el prójimo. ¿Es que no quedó claro Antònia, que íbamos, al menos hasta ahí, en la misma línea?
Pues naturalmente, querida, que sería absurdo que, lo que damos por bueno a 3.000 kilómetros, no lo fuese en casa. Claro que rescatar restos humanos de cunetas y fosas comunes no pone en peligro la Transición. Creí que quedaba claro pero, evidentemente, esta vez, no comprendiste mi broma con esos comentarios apocalípticos sobre el supuesto auge del fascismo que nos atenaza y que, al igual que lo del "vómito" o el "Torquemada" proceden de artículos de encendida defensa a Garzón publicados en la prensa progresista y de izquierdas. (Quizás debía de haber puesto el copyright no sólo a Caballero Bonald...)
En fin, que puede que no me explicase bien pero me inquieta que el equívoco sea un reflejo del éxito con que estas opiniones y tremendismos están imponiendo el falso axioma de que, si Garzón cayó por meterse con el franquismo, ergo, todos los que no se echan a la calle en su defensa es porque son simpatizantes del legado de una vergonzosa dictadura. Y es que, a partir de ahí, el resto va en automático: Garzón es un santo, sus contrarios están del lado del mal y, consecuentemente, ser de izquierdas o progesista exige no ver mácula en la aureola del supuesto mesías de la Justicia Universal. Malo, tan malo como ese axioma que, desde el otro extremo, avanza con la misma lógica infernal a caballo del supuesto que reza: si Garzón se ha metido con el franquismo es porque, como mínimo, está en nómina del PSOE de Zapatero, ergo, Garzón es un rojo y un enemigo del PP al que todo lo que le ocurra de malo le está bien empleado.
Malo, malísimo porque la paradoja de esta dialéctica es que tanto las manifestaciones multitudinarias a favor del juez estrella enarbolando banderas republicanas, como el revival del falangismo, favorecen por igual una canonización por decreto ley. Es más, a los que mueven los hilos del todoscongarzon les vendría de perillas que el lepenismo español se hiciese más vistoso para que salte ese resorte del “si los fachas ladran, es porque estamos en el lado de la verdad”. Es entonces cuando el gas irritante actúa con eficacia barriendo las dudas que siembran los inoportunos que se pierden por arenas movedizas.
¿Un poco obtuso? Puede, pero en el drama del pueblo saharaui, que tú conoces muy bien, tenemos un buen ejemplo de cómo la ideologización de un asunto que nada tiene de ideológico (un proceso de descolonización inacabado), ha servido para que los politicos de derechas e izquierdas anestesiasen a sus respectivos votantes: que si los polisarios son comunistas, que si el derecho a la autodeterminación es una causa casposa de los militares que sostuvieron al regimen de Franco…
Por ultimo: y 2) Me reprochas que no haya dicho nada de la “otra querella sobre el Sáhara”, la de Garzón contra los torturadores marroquíes cuando ya he hablado tantas veces de ello en otras entradas del diario (basta que pongas la palabra Garzón en ese buscador que con tanto sudor he logrado situar al final del blog), que me parecía un poco repetitivo volver a ello. Pese a lo cual, puse en mi comentario (para los que se acaban de incorporar) una referencia al extraño quehacer del juez incluida en un hipervínculo que lleva al comentario del día 20 que, a su vez, lleva con otra de esas rayitas mágicas a otro resultado de mis pesquisas que, a su vez rebotaba a un tercero en el que también explicaba mi escepticismo sobre la voluntad de Garzón de querer de verdad llegar al fondo de la cuestión (la de juzgar a los torturadores marroquíes) y no, simplemente, marear con el beneficio de nadar y guardar la ropa.
Lo que planteo en todos ellos, resumiendo, es que si de verdad hubiese querido ir en serio Garzón y hacer justicia a los saharauis: ¿por qué antes de esa "otra querella" a la que tu aludes había rechazado otras denuncias contra Hassán II utilizando los argumentos con que los abogados de Pinochet le dijeron que no era competente para sentar en el banquillo al ex dictador chileno? Como dijo entonces Editor, podríamos consolarnos con que su amago al menos sirvió para publicitar el drama saharaui. Pero, creo yo, Garzón ha logrado con creces compensar este golpe publicitario prosaharaui con otro tan grato a Marruecos como es el de haber aireado la hipótesis de que el Polisario tiene un lado oscuro.
En cualquier caso, querida Antònia y todos los posibles desconcertados que ya he visto que hay unos cuantos: mi perplejidad, dudas y decepción (que no condena, por supuesto) a Garzón no son fruto de la lectura sino de experiencia sobre terreno. Vivimos una época muy tormentosa y gris en la que necesitamos, más que nunca, de héroes y, mira por dónde, tras la ilusión del caso Pinochet tuve la mala suerte de toparme con una extraña pista de actitudes equívocas del juez no sólo en relación al Sáhara sino también en ese otro dossier intocable en España: el del cleptócrata y criminal Teodoro Obiang. Otro tema en el que se le dieron al juez oportunidades para hacer justicia que despreció y, si no, Antónia, ademas de al abogado Francisco Fernández Goberna o al presidente Silvio Berlusconi (que, como ya dije, sacó buen partido a este doble rasero de Garzón) pregúntale a Eugenio Pordomingo, de www.espacioseuropeos.org al que Garzón se negó siquiera a escuchar cuando le quiso animar a que siguiese el rastro del dinero sucio de Obiang. Si le hubiese hecho caso, Garzón se hubiese adelantado a jueces de Francia y EEUU.
Aún así, que no cunda el pánico, la esperanza es lo último que hay que perder y, ahora que Garzón se va a La Haya, capital mundial de la justicia humanitaria, podría recuperar el tiempo perdido y utilizar su prestigio e influencia para hacer de verdad los deberes con la Guerra Civil, el Sáhara y, por supuesto, Guinea Ecuatorial. Digo yo...
P.D. Como algunos todavía os quejáis de que os debo una del pasado mes, aquí os dejo un tema sahariano elaborado por el equipo de Pordomingo sobre esa intervención mía en el Colegio de Nuestra Señora de África junto a la diputada socialista Fátima Aburto cuya preparación fue origen de esa deuda que algunos no perdonan. Espero que os guste pues el resumen se ajusta bastante a lo que dije en la mesa organizada por profesor Riesgo. Confío en que, después de esto, no me pidáis intereses…
2 comentarios:
Querida Ana, nunca pensé que un simple comentario mereciera un post como respuesta.
Verás te hablo desde la periferia de la periferia. En un entorno rural de un pueblo de la Cataluña central en donde los sucesos de la pre y de la post-guerra fueron terribles y traumáticos. Para un pueblo de 2000 habitantes hubo un número de muertos más que considerable.
Todos los militantes del PP que conozco personalmente son antiguos falangistas reciclados. Los liberales y moderados están en CiU, por tanto hablo desde mi experiencia.
No creo demasiado en los “buenos muy buenos” ni en los “malos malísimos”, todos tenemos una parte de héroe lo cual ni impide que, en determinados momentos, nos comportemos como villanos. Las eternas contradicciones que cada uno sobrelleva como Dios le da a entender. Tampoco soy mucho de dejarme manipular ni convocar vía mensajes sms. Cuando salgo a la calle lo hago porque estoy absolutamente convencida de que la causa lo vale y porque quiero. Tampoco soy mucho de banderas por tanto eso de que si estás con ellos estás contra mi o si estás conmigo estás contra ellos, creo que lo tengo superado. No suelo juzgar ni catalogar a las personas por sus simpatías políticas, incluso puedo llegar a pensar que los que discrepan conmigo pueden tener la razón. Sin embargo lo que veo, lo veo, y no puedo verlo de otra manera. Y a pesar de que Garzón se negara a procesar a Hassán II o que la admisión a trámite de la querella contra los torturadores marroquíes fuera una especie de paripé, no obsta para que piense que lo que le han hecho Manos Limpias y Falange, quizás azuzados por determinados medios no precisamente reconocidos por su objetividad e imparcialidad, sea una villanía. La ley debe ser justa. Y nadie puede pervertirla acusando de prevaricación lo que muchos ven a lo sumo como interpretable.
Lo de las víctimas del franquismo no es una cuestión de caridad en el sentido de amor al prójimo. Bajo mi punto de vista se trata una cuestión de estricta justicia. Los juicios inicuos, los cadáveres abandonados, los niños robados… No se debe ni se puede obviar y mientras las cosas no se aclaren no va a haber paz social, ni consenso, ni buenas formas democráticas que son las que deberían imperar. Adversarios puede, pero nunca enemigos. La vida parlamentaria de un país no puede desarrollarse con los cuchillos siempre encima de las bancadas. Y ahí entra el la cuestión del Sáhara occidental. A mi me jode y perdón por el palabro que se utilicen electoralmente los sufrimientos de todo un Pueblo. No es justo, no es ético, no es admisible. Y eso va por los 2 grandes partidos y para otros que se dicen muy prosaharauis de boquilla pero que después con hechos desmienten sus soflamas a favor de la Libertad del Sáhara. Y no me gusta tampoco que se abuchee a nadie que asiste a la manifestación de Noviembre en Madrid porque aún no han gobernado y no sabemos qué harían respecto a los saharauis si llegaran al Poder, ni me gustan los que viven de la solidaridad ni los que la utilizan como plataforma política. Como tampoco los que tomando el Sáhara como pretexto se dedican a descalificar a los adversarios políticos. Porque aquí, todos, tienen responsabilidades que nunca han asumido: PSOE y PP
Cuando veo a Zerolo en las manifestaciones en la cabecera para la foto me pongo de muy mal café porque si viene representando al PSOE que se quede en casita, si viene como ciudadano de a pie que se mezcle con la masa y se deje de pancartas y de publicidades gratuitas a costa de los refugiados y de los que sufren la Ocupación.
Lo de rescatar víctimas de otros y dejar a las nuestras olvidadas venía a cuento de una discusión con Ruiz Miguel que sí o al menos a mi me lo pareció, en nombre de la Ley, defendía esta opción que a mi me parece inadmisible. O jugamos todos o rompemos la baraja. Pero esta es otra historia, mis desacuerdos con el profesor vienen de atrás.
Una vez leí que las guerras nunca terminan para los que las vivieron ni para sus hijos y quizás me encuentro entre estos, soy hija de la más dura postguerra y eso no lo puedo evitar como tampoco el que las vivencias de mi infancia me marcaran. Como puedes suponer no éramos de los buenos, sino rojos, comunistas, masones, desafectos y poco religiosos.
Sobre el Frente POLISARIO no voy a pronunciarme, no creo que sean marxistas porque un musulmán es difícil que lo sea. Sólo que es el legítimo representante del pueblo saharaui y si tiene o no un lado oscuro deben dilucidarlo los ciudadanos de la RASD. Yo no vivo allí y además la sombra del Majzén es alargada y muy rica. La cosa es que si el juez admitió a trámite la querella contra los torturadores marroquíes, tenía que hacerlo con la que creo que interpusieron algunos impresentables “aidins” que pululan por España dando la lata. Si te das una vuelta por el FACE verás que proliferan como la mala hierba. Y hay que ver cómo te insultan y el argumentario que utilizan, de lo más educado y razonable. O te echas a reír o directamente vas y les bloqueas.
Sobre el doble rasero de medir no voy a justificarlo aunque sí que puedo entenderlo, las presiones políticas y económicas deben ser una especie de elemento disuasorio importante. Y es que el fiel de la balanza es tan estrecho que a menudo se pierde el equilibrio, será por las oscilaciones, digo yo.
Un abrazo.
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