Una mirada a África como tablero de la geopolítica internacional
lunes, 27 de diciembre de 2010
TRINIDAD JIMÉNEZ NO ENCUENTRA LOS ACUERDOS DE MADRID
Texto del requerimiento del abogado Francisco Fernández Goberna a la ministra Trinidad Jiménez sobre los llamados Acuerdos de Madrid que nunca existieron.
Consultar el texto completo de la solicitud pinchando aquí.
Tras superar el 25 de diciembre (fum, fum, fum) nos vamos embalando por el ultimo tramo de la cuesta abajo de 2010 sin que la ministra Trinidad Jiménez haya localizado el texto de los llamados Acuerdos de Madrid, esos que supuestamente España firmó el 14 de noviembre de 1975 con Marruecos y Mauritania, cuando les entregó a estos dos vecinos magrebíes la “provincia” número 53 del Sáhara Español.
No hay fuentes fidedignas ni oficiosas que puedan confirmarlo, pero es lo que hay que deducir del hecho de que hace ya casi una semana que venció el plazo del requerimiento con el que el abogado Francisco Fernández Goberna ha solicitado a la ministra una copia del supuesto tratado sin que, hasta el momento, haya habido algún tipo de respuesta desde el ministerio de Exteriores. El letrado ya estaba muy seguro de que no había tal tratado en los archivos pero, como la ministra actúa como si los tuviese a mano, quería estar seguro de que algún subalterno no le hubiese dado gato por liebre con otro tipo de documento como intentaron hacerle a él en cierta ocasión.
Por eso en su escrito (que podéis consultar pinchando aquí) le ha subrayado a Trinidad Jiménez que no se conforma con un texto cualquiera. Lo que pide es “una copia testimoniada del Boletín Oficial del Estado conteniendo la publicación íntegra del “tratado” en el mismo y ningún otro texto como, por ejemplo, la Ley de Descolonización del Sáhara”. Al subrayar la palabra “tratado” el abogado advierte que no es de los que está predispuesto a dejarse engañar por las malas artes del ilusionismo semántico que durante 35 años confundieron a la mayor parte de los españoles haciéndoles creer que cuando se hablaba de Acuerdo de Madrid, o acuerdos tripartitos, el término "acuerdo" era sinónimo de tratado internacional.
Los propios redactores españoles de ese texto lo llamaron Declaración de Principios porque apenas cumplía con esa acepción con la que la Real Academia de la Lengua alude a dos o más personas que muestran e incluso concilian conformidad con un determinado tema. Pero eso no es lo mismo que elevar un acuerdo o un principio de acuerdo al rango de tratado que requiere cumplir con una serie de condiciones tanto con el derecho internacional como con el ordenamiento interno español.
De cara a la puritita ley española, por ejemplo, el punto 5 del art. 1 del Código Civil establece que: “Las normas jurídicas contenidas en los tratados internacionales no serán de aplicación directa en España en tanto no hayan pasado a formar parte del ordenamiento interno mediante su publicación íntegra en el Boletín Oficial del Estado”. Además está el art. 96 de la Constitución (Capítulo III, De los tratados internacionales) que dice que “los Tratados internacionales válidamente celebrados, una vez publicados oficialmente en España, formarán parte del ordenamiento interno”.
Como la Declaración de Principios nunca fue un tratado válidamente celebrado por incumplir reiterada y gravemente con el derecho internacional, nunca fue publicado en el BOE y, por lo tanto, nunca entró a formar parte del ordenamiento interno español. Lo cual significa que, a efectos legales, el Sáhara siguió siendo lo que era antes del 14 de noviembre de 1975: un Territorio No Autónomo pendiente de ser descolonizado bajo la responsabilidad administradora de España.
Como le recuerda el abogado a la ministra en su solicitud, eso es lo que dice nada más y nada menos que la ONU entre otras cosas, porque el derecho internacional no permite a las potencias descolonizadoras desligarse unilateralmente del pueblo que administran ni tampoco transferir unilateralmente la condición de potencia administradora a terceros como no sea a la propia Naciones Unidas. El que fue el asesor jurídico de la ONU Hans Corell, lo acaba de volver a explicar en una entrevista a una radio sueca así que la ministra tiene confirmado que no ha habido ningún cambio de perspectiva respecto al dictamen que este experto emitió en enero de 2002 y que es uno de los puntos clave de la argumentación de Fernández Goberna.
Lo indignante, además de preocupante, es que los Gobiernos que siguieron tras la muerte del dictador Franco optaron por ocultar esa verdad al pueblo español simulando que la Declaración de principios había sido un tratado reconocido por la comunidad internacional. El Gobierno de Zapatero, al parecer, no tiene ninguna intención de marcar la diferencia y acabar con la mentira forjada por el último gobierno del Generalísimo, ni siquiera por su fe en la Ley de la Memoria Histórica.
Las consecuencias prácticas están a la vista: los alegatos de la ministra en varios periódicos para que la posición española en el conflicto sea la de la "neutralidad" y no la de cumplir con sus responsabilidades con el pueblo saharaui; el que el juez de la Audiencia Nacional Ismael Moreno y el fiscal general del Estado, Cándido Conde-Pumpido se aferren al reconocimiento de una administración que Marruecos ejerce "de facto" pero no "de iure" para eludir investigar (como pidió la Liga Española Pro Derechos Humanos) el asesinato en El Aaiún del saharaui con DNI español Baby Hamday Buyema; las oscuras maniobras y obstrucciones administrativas con las que se tiende a negar a los saharauis que desean tener pasaporte español, una documentación a la tienen tanto derecho como cualquier nacido en Valladolid. Maniobras ilegales, subraya el abogado Fernández Goberna porque, si la ONU no se ha equivocado y España sigue siendo la autoridad administradora "de iure" del Sáhara, los saharauis tampoco han dejado de ser "de iure" tan españoles como lo eran antes del 14 de noviembre de 1975 cuando todos, sin excepción, tenían DNI...
Menudo embrollo, ¿no? Pero es que para eso, para que engorde el embrollo, es precisamente para lo que sirve a nuestros políticos mantener la ficción de un tratado que nunca existió.
domingo, 5 de diciembre de 2010
ZAPATERO Y LA DOCTRINA DE LA ONU CON EL SÁHARA
Celebración de la creación de la RASD en los territorios liberados.
Foto: Ricardo Aznar
Desde presidencia de Gobierno han respondido con una larga cambiada a un escrito procedente del movimiento de solidaridad con el pueblo saharaui que pedía el reconocimiento de España a la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) que ya han reconocido más de ochenta países. Alegan en La Moncloa que no puede ser por respeto a los "principios" y "propósitos de la Carta de la ONU" ya que “España respalda plenamente la doctrina de Naciones Unidas para resolver el contencioso sobre el Sáhara Occidental”.
Por lo que se ve, han optado por esa vía de aparente estricto respeto a la legalidad internacional con la que los firmantes de los ilegales acuerdos de Madrid de 1975 justificaron no haber otorgado entonces la independencia unilateral al Sáhara español: con ello, dijeron entonces, se hubiese predeterminado implícitamente el resultado del referéndum de autodeterminación (el camino previsto por la doctrina de la ONU) que deben votar los saharauis para dar por acabado su proceso de descolonización. Así lo explicaba por ejemplo Antonio Carro que, desde su cargo de ministro de la presidencia, fue el redactor de casi la totalidad del texto de esos mal llamados acuerdos de Madrid del 14 de noviembre de 1975.
Había una segunda y poderosa razón que había impedido tomar este camino y que él mismo reconoció ante las Cortes en 1978: reconocer la independencia del Sáhara por las buenas hubiese provocado una acción bélica por parte del rey Hassan II. Lo que ni Carro ni el resto de los cómplices de ese gran timo de los acuerdos de Madrid nunca lograron justificar con argumentos legales fue por qué, ellos que tanto empeño habían puesto en no ponerse por montera a la ONU cuando con ello se favorecía al Frente POLISARIO y el pueblo saharaui, no se lo habían pensado dos veces a la hora de dar una patada en el mismo cielo del paladar de esa doctrina onusiana con unos acuerdos que incumplían, al entregar el Sáhara a Marruecos, lo decidido por Naciones Unidas y, en especial, el dictamen que el Tribunal de La Haya acababa de emitir el 16 de octubre confirmando el derecho del pueblo saharaui a elegir su destino.
La historia sigue repitiéndose: Zapatero se muestra muy respetuoso con la doctrina onusiana en la parte que favorece a Marruecos (el no reconocimiento a la RASD) pero, en cambio, considera el respeto a la Carta de la ONU y la legalidad de las resoluciones una cuestión decorativa cuando se trata de aplicarla a favor del pueblo saharaui. La buena noticia es que al invocar sus asesores la legalidad internacional en contra de la RASD, se les puede exigir ahora con un nuevo escrito o alguna protesta (por ejemplo) que sigan por ese camino que no es compatible con ninguna de esas "políticas realistas" que han estado enarbolando para que España no cumpliese con sus obligaciones internacionales de potencia administradora del TNA del Sáhara Occidental (en especial las definidas en el art. 73 de la Carta de la ONU).
Que Zapatero y la ministra Trinidad Jiménez apliquen escrupulosamente y con el mismo ardor ese legalismo que tanto miman en contra de la RASD al contestarle al abogado Francisco Fernández Goberna. Como ya conté la semana pasada, el letrado ha presentado un requerimiento con el que la ministra de Exteriores debería aclarar la situación de la vigencia de los acuerdos de Madrid con un plazo que finaliza en unos días. A ver qué dice.
El abogado Francisco Fernández Goberna en el número de Mundo Negro sobre el Acuerdo (de Madrid) que nunca existió. Se puede leer pinchando aquí.
EL ACUERDO DE MADRID ILEGAL Y NULO
Si Trinidad no se fía de Fernández Goberna, al que Frank Ruddy llama "el moderno caballero de la triste figura", que repase por ejemplo este artículo publicado en EL PAÍS y elaborado por el insigne catedrático de derecho internacional Julio González Campos. En él se explica muy claro por qué los acuerdos no fueron legales y por qué España, además de violar el derecho internacional cuando los firmó en 1975, sigue pisoteando la legalidad y la doctrina onusiana cada día que pasa sin declararlos oficialmente nulos. Él, entre otros expertos, al liderar el movimiento a favor de la anulación de lo que no fue más que una Declaración de principios, solía recordar también que, conforme al Convenio de Viena sobre derecho de tratados, “si se han ejecutado actos como consecuencia de un tratado que es nulo, hay que realizar lo que esté en lo posible para volver a la situación anterior”. Ello, añadía, incluye que las partes en el acuerdo, empezando por España, “tienen que ajustar su conducta en todo momento a la norma que ha sido violada”.
Como la historia no deja de repetirse desde 1975, lo mismo nos salen desde La Moncloa con lo de que si hacen lo que deben, corremos el riesgo de que Mojamé nos monte un pollo en Ceuta, Melilla y Perejil. Como si perseverando en el crimen contra el pueblo saharaui nos fuésemos a librar de la prueba del nueve ahora que el sátrapa marroquí está fuera de control y decidido a ir a por todas... Lo de hacerles el favor de no reconocer a la RASD, ya lo han comprobado, sólo les ha servido para una breve y simbólica tregua...
En cualquier caso, la rabieta del déspota sería desde luego un problema gordo si en presidencia siguiesen convencidos de que la respuesta que dio Aznar en Perejil no es su modelo a seguir. Eso pensaba Bernardino León, el asesor de Zapatero en La Moncloa, la pasada semana pero, seguramente, lo que le dijo a un periodista antes de la huelga de controladores, ha quedado superado por los eventos del estado de alarma del fin de semana. Que Mohamed VI tome nota porque si Zapatero ha sacado al ejército de los cuarteles para tomar las torres de control de los aeropuertos de España y poner en vereda a simples trabajadores (sí, trabajadores, aunque con sueldo alto), qué menos que exhiba la misma determinación y firmeza contra una eventual agresión a las fronteras nacionales, aunque venga del "hermano" marroquí.
viernes, 26 de noviembre de 2010
¡QUE TRINIDAD JIMÉNEZ SE PRONUNCIE SOBRE LOS ACUERDOS DE MADRID!
Foto: Ricardo Aznar.
Trinidad Jiménez por fin ha reconocido que ni el núcleo duro del que habló el ministro de la Presidencia Ramón Jáuregui, ni citoplasma que valga: Marruecos NO es autoridad administradora del Sáhara Occidental, ha dicho el día 24 ante la Comisión de Exteriores en el Senado. Un gran avance frente a la sorprendente declaración con la que una semana antes (el día 16) la la ministra había soltado también en el Senado aquello de que España no tiene ninguna responsabilidad legal con el Sáhara.
La ministra transmitió esta conclusión dando saltos mortales sobre el sujeto, verbo y complemento con el mismo temor de Dios con el que su antecesor Moratino nos dio las Navidades en 2009 estirando la sintaxis para "constatar" que "la ley marroquí se aplica en el territorio del Sáhara Occidental" (vaya un descubrimiento). Toda una filigrana verbal que no tenía más finalidad que la de vender la moto a la opinión pública marroquí de que el regreso de Aminetu Haidar a El Aaiún desde Lanzarote había tenido como contrapartida algún tipo reconocimiento jurídico de España a su presencia en el Sáhara.
La declaración con la que Jiménez explicó este martes que Marruecos ejerce "de facto" (por la vía de los hechos consumados) su control sobre la colonia española, es mucho más clara que el galimatías verbal con el que Moratinos indignó tanto a la masa de votantes socialistas prosaharauis como al propio Mohamed VI: pocos días después (principio de enero), el rey alauita se las ingenió para retirar de Madrid al embajador Omar Azziman, nombró al saharaui expolisario Ahmeddu Uld Suilem nuevo embajador y, hasta hoy (viernes), no se acordó de dar luz verde para que su nuevo representante ocupase el cargo en España.
Podríamos incluso apuntar que Trinidad Jiménez progresa adecuadamente si no fuese porque, en esta última intervención, tras reconocer que Marruecos está en el Sáhara no precisamente por contar con responsabilidades jurídicas, añadió que no se puede decir que es la “potencia ocupante”. Es decir, que a pesar de que ella misma ha quedado en que Marruecos no está en el Sáhara legalmente, no podemos decir que es un okupa con K porque, y ahí viene lo interesante, según la ministra, este ejercicio de facto que hace en el territori de El Aaiún no es fruto de un conflicto bélico, ni de un elemento de fuerza, sino producto de un acuerdo”. Es decir, el supuesto acuerdo de Madrid de 14 de noviembre de 1975 o, dicho con mayor propiedad, la Declaración de principios con la que se simuló un tratado de entrega del Sáhara Occidental a Marruecos y Mauritania.
Otro punto a destacar de esta última intervención de la ministra de Exteriores en el Senado: por un lado reconoce que el Sáhara Occidental es un “territorio no autónomo donde no se ha concluido el proceso de descolonización” pero, a la vez dice que España “no tiene ninguna capacidad de acción, ni de potencia administradora, bajo ningún concepto”, desde su retirada en 1976 de la que fue la provincia española número 53.
Se plantea entonces una incognita: si el Sáhara Occidental es un territorio no autónomo, es decir, un TNA pendiente de descolonizar, y Marruecos no es la autoridad administradora y España, tampoco, ¿quién es la potencia administradora del Sáhara? ¿Será que, de acuerdo a derecho, haya territorios no autonomos sin autoridad administradora?
Pues no, a menos que le llevemos la contraria a la ONU que, en el documento titulado Información sobre los territorios no autónomos transmitida en virtud del inciso e del Artículo 73 de la Carta de Naciones Unidas (la lista de TNA que actualizó por última vez el pasado 12 de marzo), adjudica a cada uno de los territorios pendiente de descolonizar una autoridad administradora que, en el caso del Sáhara, queda muy claro, es España. Este documento recoge la versión oficial española que la ministra acaba de airear, la de que España puso punto final a sus responsabilidades sobre el Sáhara en 1976. Lo hace a pie de página, como diciendo “esto es lo que dicen en Madrid, para que lo sepáis” sin que ello modifique el dictamen onusiano que coloca a España en la casilla de autoridad administradora correspondiente al Sáhara Occidental.
¿Cómo es posible? La respuesta la dio el asesor jurídico de la ONU, Hans Corell en ese dictamen de 2002 en el que dice que “Marruecos ha administrado el Territorio del Sáhara Occidental por sí solo”, una frase que fuera de contexto puede dar lugar a equívocos. Especialmente si, como hizo la ministra en el Senado el día 16, se lee esta parte y se omite el párrafo que dice: “Marruecos, sin embargo, no figura como la Potencia administradora en la lista de Territorios no autonomos de las Naciones Unidas” o se salta también esa frase, en el punto 6 del dictamen en la que, al referirse al acuerdo de Madrid de 1975, Corell dice “no transfirió la soberanía sobre el Territorio ni confirió a ninguno de los signatarios la condición de potencia administradora, condición que España, por sí sola, no podía haber transferido unilaterlamente”.
¿Qué significa en lenguaje llano lo que dice Corell? Pues que lo de las responsabilidades de las madre-patrias con los pueblos que tutelan es, hasta que estos no llevan a término su descolonización, como la de cualquier madre con un hijo que no han llegado a la mayoría de edad: por muy rana que les haya salido no pueden plantarse por sus fueros y decir sin encomendarse a Dios y el Diablo: “a partir de hoy, este indeseable que he parido, ya no es hijo mío”. Bueno, decirlo, lo pueden decir y hasta echarlo de casa, otra cosa es si eso les libra de tener que ir a dar explicaciones ante la justicia…
El abogado Francisco Fernández Goberna en el número de Mundo Negro sobre "Acuerdo que nunca existió" que se puede leer pinchando aquí.
La obligación de la potencia administradora de informar sobre el Sáhara a la ONU
Hay una importantísima razón para que a pie de página de la lista de TNA de la ONU figure la referencia a la declaración con la que "el 26 de febrero de 1976 España dio término a su presencia en el Sáhara y se declaró desligada en lo sucesivo de toda responsabilidad de carácter internacional con relación a la administración de dicho territorio”. Lo ponen ahí para explicar por qué, de todas las potencias administradoras enumeradas, España es la única que (como se puede apreciar por el vacío correspondiente en la casilla de “fecha de transmisión”), no ha cumplido con su obligación de transmitir información sobre el Sáhara Occidental. Lo hace, por ejemplo, Inglaterra con el TNA de Gibraltar (el 19 de febrero de 2009 y el 5 de enero de 2010) o EE UU con Guam y Francia con Caledonia. Pero España con el Sáhara, cero patatero.
Lo recuerda muy claramente Corell en el apartado 9 incluido en el punto B de su dictamen que “en virtud del apartado e) del art. 73 de la Carta (de la ONU)” los miembros de las Naciones Unidas que asumieron la responsabilidad de administrar esos territorios “deben transmitir regularmente al Secretario General", a título informativo, la “información estadística y de cualquier otra naturaleza técnica que verse sobre las condiciones económicas, sociales y educativas de los Territorios bajo su administración”. Lo cual, quiere decir, que España está incumpliendo con una obligación internacional que no siempre requiere su presencia sobre el terreno. Ello a su vez explica por qué el contencioso del Sáhara no avanza en la ONU: la potencia que debería informar al secretario general de lo que pasa en el territorio y de cómo marcha su descolonización, se lava las manos escudándose en un supuesto acuerdo que la propia ONU dice no justifica tal dejación de responsabilidades.
Como puede apreciar la ministra González Sinde, no hace falta ser expertos en derecho internacional sino, simplemente, leer los documentos que están colgados en Internet. (Ya sé, ya sé que ella ahora niega haber actuado de comisaria política y acusa a las fuerzas del mal de haberla tergiversado).
La cuestión es por qué tanta confusion. Desde el punto de vista de la argumentación, la culpa la tiene el juego que da a los estrategas de la manipulación el acuerdo de Madrid que, según Trinidad Jiménez impide que podamos llamar a Marruecos no ya okupa, sino ni siquiera “potencia ocupante”.
El abogado Francisco Fernández Goberna, que ya arremetió contra la Declaración de principios con la querella del avión, ha optado por pasar a la acción para que la ministra revise sus apuntes y pueda así seguir progresando en su próxima comparecencia: ha presentado un requerimiento en el que pide a Trinidad Jiménez una resolución para que, con las condiciones que exige la ley de procedimiento administrativo (es decir, no faltar a la verdad y no prevaricar), declare oficialmente nulo el acuerdo de Madrid y aporte copia testimoniada de la publicación íntegra del acuerdo tripartito (no de la ley de descolonización) en el Boletín Oficial del Estado (BOE). No nos olvidemos que, de acuerdo al Código civil español, todo acuerdo que exista de verdad, debe haber sido publicado integramente en el BOE.
En fin, a partir de hoy tiene 15 días la ministra para pronunciarse. Suerte y al toro.
martes, 23 de noviembre de 2010
SÁHARA: ¿Y SI ESPAÑA HABLASE CON FRANCIA?
foto: Ricardo Aznar
Hay que hablar con todos los actores del conflicto y, sobre todo, con Francia. Esa es una de las ideas que debatimos en el programa de Javier Somalo dedicado al Sáhara Occidental el pasado sabado, a la hora de que España haga algo para desactivar los tambores de guerra que suenan frente a las islas Canarias.
El delegado del Frente POLISARIO para España, Bucharaya Beyun acababa de explicar a los oyentes cómo Francia, la potencia que tiene como marca fundacional el invento de la defensa de los derechos humanos y la democracia, ha utilizado su poder de veto en el Consejo de Seguridad de la ONU para impedir una investigación sobre lo que está ocurriendo en el territorio saharaui bajo ocupación marroquí.
Francia es la principal aliada de la estrategia marroquí para anexionarse el Sáhara Occidental así que, efectivamente, a la hora de hacer diplomacia para intentar cumplir con sus obligaciones internacionales, Zapatero debería darle un toque a Sarkozy en nombre de los intereses entre socios europeos. La cuestión es si Zapatero está en condiciones de lograr que Sarkozy le escuche sin que vuelva a decir eso de “¿pero qué le pasa, es que es tonto o qué?”.
En los tiempos de las alegrías, para hacer política ética bastaba con donar unos cuantos millones a las ONG y hacerse la foto con el cantante Bono para quedar bien con los electores. La situación a la que nos enfrentamos ahora, sin embargo, requiere mucho más que diplomacia de forillo. Ha llegado la hora de la verdad, la que requiere diplomacia de tomo y lomo en los foros internacionales, la que pone a prueba la capacidad de influencia de las naciones y su fortaleza a la hora de defender el interés nacional. Lograr resultados exige convencer con palabras que estén respaldadas con activos que infundan respeto a los interlocutores o, por lo menos, sean dignos para un intercambio de cromos.
Aznar ya lo había comprobado que los gobernantes franceses tienden a exigirle a España mucha lealtad a cambio de muy poco. Por eso, cuando Chirac le puso la proa por no apoyar el primer plan Baker (el de la solución autonómica para el Sáhara), Aznar tuvo que buscar amparo ante la pinza franco-marroquí en EEUU y…en Argelia.
¿Estaría dispuesto Obama, en caso de que Mohamed VI monte una de sus pajarracas, a darle a Zapatero la ayuda que le dio su antecesor Bush a Aznar con la crisis de Perejil? Porque lo de la invasion del islote es lo menos que nos espera con nuestro hermano marroquí, si a Zapatero y Trini se les ocurre no seguir siendo cómplices con su genocidio en el Sáhara. Damos por hecho que, de contar con la solidaridad europea, ni hablar, que ya se encargaría Sarkozy, como hizo entonces Chirac, que nuestros socios nos den la espalda en Bruselas.
Los intereses de Francia apuestan muy fuertes por Marruecos y más ahora que la Unión del Mediterráneo –ese juguete que para Sarkozy era tan importante como para Zapatero la Alianza de las Civilizaciones- ha tenido que quedar aparcado por la crisis en Oriente Próximo y… las malas relaciones, que desde hace un año, han convertido Argelia en el muro contra el que se estampa la diplomacia gala.
El temor a que España sea la siguiente víctima de la debacle económica que amenaza con acabar con el euro, está evaporando el escaso margen que le había dejado a Zapatero su apasionado y desinteresado seguidismo con el que, tras el 11-M, culminó el regreso a Europa, es decir a la órbita francesa.
Damas de blanco en La Habana. Foto: Ricardo Aznar
La diplomacia de Zapatero en la Eurocámara y los premios Sajarov a la disidencia cubana
Buena prueba de ello es la absurda carambola con la que estrenó su cargo en Exteriores Trinidad Jiménez (el mérito fue de Moratinos, a ella solo le tocó la culminación de la jugada). Por un lado, los eurodiputados socialistas se habían dedicado, un año más, a hacerle el juego a la política francesa disparando contra la candidatura de la saharaui Aminetu Haidar al prestigioso premio Sajarov con que la Eurocámara premia la defensa de los Derechos Humanos. Lo consiguieron y la recompensa fue un bochornoso bofetón a uno de los grandes objetivos de la política exterior de Zapatero, la de ofrecer a los Castro en bandeja de plata la normalización de las relaciones de Bruselas con su régimen.
La Eurocámara evitó reconocer la lucha de Haidar, que ya ha sido candidata del Sajarov en varias ocasiones, pero se lo dio, por tercera vez, a la disidencia cubana encarnada en Guillermo Fariñas. Dejemos a un lado la cuestión sobre los méritos, para mí indiscutibles, de la lucha de este disidente por las libertades para centrarnos exclusivamente en lo que este premio supone en terminos geopolíticos. Como dijeron algunos medios no españoles, darle el galardón a Fariñas constituye una “señal clara” al régimen castrista y desautoriza a España como potencia de mayor autoridad por sus especiales vínculos históricos y culturales con la isla para marcar las relaciones con La Habana. Vamos que equivale a un, "déjanos hacer a nosotros que tu liderazgo en esto nos lleva al desastre".
La propia eurodiputada María Muñiz se lo había planteado en estos términos al hacer campaña en contra de Haidar bajo el lema de “El Premio Sajarov para los nadie, o la oportunidad de no cometer una infamia política”. En esta entrada de su blog lo decía así al barajar las opciones entre candidatos vietnamitas y etíopes en su opinión preferibles a Aminetu Haidar:
“Algunos tendrán también la oportunidad de cometer la infamia política de utilizar el Premio Sajarov como arma al servicio de sus intereses políticos inmediatos y volver a promover candidatos cuyas causas, sin embargo dignas, ya son conocidas y reconocidas y aplaudidas, premiadas incluso con este mismo premio y financiadas: se trata de los presos ya liberados de Cuba. Se utilizará la nominación en la terna para criticar como inútil la política exterior española y para ningunear la política cubana de liberación de presos”...
Menos mal para los saharauis, que Argelia lo está llevando fatal con Francia, pero nada mal con EEUU.
domingo, 21 de noviembre de 2010
LA APDHE PIDE SE INVESTIGUE AL CONSULADO ESPAÑOL DE AGADIR
La carta de la Asociación Proderechos Humanos de España a Rubalcaba en relación al caso Ahmed Yeddou Salem Lecuara. Para leerla mejor, pinchar aquí.
Estamos de enhorabuena. El ciudadano español, Ahmed Yeddou Salem Lecuara, al que el funcionariado español exigió no hacer declaraciones que al parecer resultaban inoportunas para el Gobierno de Zapatero (las de pedir auxilio alto y claro), está ya sano y salvo en las Palmas de Gran Canarias. La familia está muy, muy, muy agradecida a las gestiones que puso en marcha la Asociación Pro Derechos Humanos de España (APDH) para dar voz al silenciado y hacer lo posible para que pudiese volver a España y recibir así la atención médica que requiere su recuperación tras las palizas y torturas con que lo vejaron y machacaron durante cinco días los gendarmes que lo tuvieron a su cargo en la cárcel de El Aaiún.
Ahmed Yeddou corría un grave riesgo de volver a ser detenido y sus familiares me han transmitido muy emocionados que su regreso es “una victoria sobre el opresor” que ha sido posible “en primer lugar, por el apoyo que los españoles de a pie están dando masivamente al pueblo saharaui”. “Ahora”, añaden, “hace falta que no se olviden de los 68 saharauis que fueron detenidos con él y que todavía siguen detenidos.
La familia de este ciudadano español agradece de corazón a Sonia Azcueta (que dentro de la APDH ha tomado a su cargo los temas relativos al Sáhara occidental) y, por supuesto, a José Antonio Gimbernat que personalmente se encargó de enviar sendas misivas a la ministra de Exteriores Trinidad Jiménez y al vicepresidente primero Alfredo Pérez Rubalcaba.
La APDHE exigió en ambas cartas que se “proporcione una vía segura para llegar a la península” a la víctima española de los brutales métodos de la gendarmería marroquí y que se investigue la actuación del consulado de España en Agadir que “tuvo conocimiento de los hechos y recibió la debida petición de protección para este compatriota el 9 de noviembre 2010, sin reaccionar en modo alguno”.
La asociación quiere se se exijan responsabilidades a este consulado que, “a pesar de tener constancia de que Ahmed Yeddou Salem Lecuara estaba en situación de peligro”, se desentendió de él y, “aún más, le ha discriminado y todavía no le ha ofrecido ayuda como al resto de españoles que la han solicitado, indudablemente por su origen saharaui".
Rubalcaba es de los que ha quedado muy impresionado por el relato de lo ocurrido en El Aaiún que le hizo el pasado día 16 su colega marroquí Taib Cherkaui, el titular de Interior de Mohamed VI, (tan impresionado que no ha condenado la actuación de las fuerzas ocupantes del Sáhara) y, por lo visto, da cierta credibilidad a la versión de Mohamed VI. Me refiero al relato de cienciaficción según el cual, los militares que arrasaron el campamento saharaui y dispararon contra mujeres, niños y ancianos, estaban en realidad, liberando a los habitantes de las tiendas que, supuestamente, habían sido “secuestrados” y retenidos en contra su voluntad por un grupo de nuevos Al Qaedas.
Como el vicepresidente primero dijo que (según dice en este vídeo) había llegado a un acuerdo con el ministro marroquí por el que “se investigarán todos aquellos hechos que nuestro gobierno proponga”, la APDH aprovecha para que “solicite al gobierno marroquí que aclare el por qué de la invasión salvaje por parte de su ejército al campamento saharaui, ubicado a 14 kms. de El Aaiun, dirección Smara, como pueden aseverar numerosos testigos, entre ellos D. Ahmed Yeddou Salen Lecuara”.
Trinidad Jiménez que (como podéis ver en ese vídeo) también dice que no tiene fuentes independientes (que no sean del Polisario) desde el interior del territorio para contrastar la versión del Gobierno marroquí y "hacer valoraciones" sobre lo ocurrido, podría ahora invitar a un desayuno (por ejemplo) al ciudadano español Ahmed Yeddou para que le cuente lo que él ha visto y padecido.
viernes, 19 de noviembre de 2010
LA VOZ ESPAÑOLA DE AHMED YEDDOU SALEM LECUARA
Este español fue detenido junto a otros 71 ciudadanos saharauis que, aunque no tengan pasaporte de España, son habitantes del territorio no autónomo del Sáhara pendiente de descolonizar y bajo la administración de iure de España. Es decir, no tienen ese pasaporte porque a los saharauis les fueron usurpados injustamente, tras la entrega ilegal a Marruecos de 1975, todos los papeles que les daban derechos que habían tenido hasta entonces de ciudadanos españoles. Algo ya lo expliqué con la huelga de hambre de Aminetu o el caso del funcionario de Hacienda Mohamed Fadel Alí Brahim.
En cualquier caso, Salem Luecuara fue torturado desde su detencion durante 5 dia, necesita asistencia médica fiable urgente y, según sus familiares, podría volver a ser detenido si no sale pronto de El Aaiún. Se han iniciado gestiones a través de la Asociación Pro Derechos Humanos de España con el Ministerio del Interior y Exteriores para que, al igual que han mostrado preocupacion por los tres ciudadanos españoles, Javier Sopeña, Silvia Garcia, Isabel Terraza y el mexicano Antonio Velazquez, se involucren directamente por ESTE CIUDADANO ESPAÑOL, que quiere salir del territorio para no correr el riesgo de ser desaparecidos como ya ha ocurrido con otros cientos de saharauis.
Al parecer, me dicen los familiares de esta víctima de la represión indiscriminada marroquí en El Aaiún, la Casa de España en El Aaiún se ha puesto en contacto con Salem Lecuara. Pero no ha sido para darle ánimos sino para exigirle silencio y advertirle que no debía seguir armando ruido.Me lo confirma en la APDH-E y me dicen que, precisamente por ello, han decidido ser la voz de Amed Yeddou Salem Lecuara.
Mientras, desde el Gobierno de Zapatero, la ministra Trinidad Jiménez y la especialista en exteriores Elena Valenciano dicen que no saben qué es lo que ocurre en el Sáhara y que, para aclararlo, van a pedir a otros que investiguen. Muy mal, porque con ello, una vez más, España está incumpliendo sus responsabilidades legales con el Territorio No Autónomo del Sáhara, en especial las definidas en el art. 73 cap XI de la Carta de la ONU.
miércoles, 17 de noviembre de 2010
TRINIDAD JIMÉNEZ MIENTE EN EL SENADO SOBRE EL SÁHARA
Documento de la ONU que señala a España como potencia aduministradora del Sáhara Occidental la ONU. Es de marzo de 2010. Para ver el documento íntegro pinchar aquí.
La ministra Trinidad Jiménez ha mentido de forma flagrante, descarada y vergonzosa. Me refiero naturalmente a lo que ha dicho en el Senado de que “España no tiene responsabilidades en el Sáhara”. Es gravísimo porque, una vez más, la política africana pone al descubierto la catadura de nuestros políticos de izquierda y derecha. Porque así como Rajoy y el PP pueden escudarse en la ignorancia y el engaño propiciado en su sector por muchos de los veteranos y padres del partido que fueron cómplices del gran timo de los acuerdos de Madrid y la Marcha Verde, el PSOE, en cambio, no tienen excusa ni coartada posible: hay demasiadas pruebas evidentes de que siempre lo supo y lo tuvo muy claro que España sigue siendo la potencia administradora del Sáhara Occidental.
Para los que acaban de llegar al tema del Sáhara Occidental arrastrados por el horror de la máquina del genocidio que Marruecos no ha hecho más que poner en marcha en El Aaiún, hay que hacer un pequeño repaso de hemeroteca para que lo vean claro. No me refiero solamente a lo que tienen en la cabeza los veteranos en el seguimiento de este conflicto (“activistas”, los llaman en general) que es la famosa declaración Felipe González del 14 de noviembre de 1976, aniversario de los inexistentes acuerdos de Madrid (lo tenéis en You tube, pinchando aquí), cuando dijo en los campamentos de refugiados saharauis en el sureste de Argelia eso de que se comprometía con la historia en que su partido iba a acompañar al pueblo saharaui hasta "la victoria final".
Esa declaración es significativa para el caso puesto que Felipe González se declaró en contra de los acuerdos de Madrid que entonces toda la oposición democrática había pedido oficialmente fuesen anulados. Pero hay otras mucho más claras para ilustrar la mentira de Trinidad Jiménez en el tramo que ahora urge poner de relieve, el relativo al incumplimiento que comete España con sus obligaciones internacionales, violando la legadad de las resoluciones de la ONU y el derecho internacional, con este tipo de mentiras.
Por poner sólo un ejemplo, vovamos al 8 de septiembre de 1977, cuando el Secretario General del PSOE, Felipe González y el entonces secretario General adjunto del Frente Polisario, Bachir Mustafá Sayed, hicieron público un comunicado en el que el PSOE dejaba muy claro que España, como potencia administradora, no podrá extinguir sus responsabilidades mientras el pueblo saharaui no haya obtenido el efectivo ejercicio de su autodeterminación e independencia.
En este documento la delegación del PSOE también prometía a los saharauis del Polisario "poner en marcha iniciativas políticas encaminadas a la obtención de la denuncia del acuerdo tripartito de Madrid que ambas partes condenan".
Se me ocurren un montón más de citas y comunicados (firmados por figuras que siguen jugando un importante papel en el partido como Luis Yánez Barnuevo, el ex secretario de la OTAN Javier Solana o el ahora eurodiputado Emilio Menéndez del Valle) actos públicos y convocatorias de manifestaciones en la que el PSOE lideró el movimiento para pedir el fin del timo de los acuerdos de Madrid…hasta que llegó al poder en 1982.
¿Será que el PSOE se equivocó entonces? ¿Es que pecó de ingenuidad e inexperiencia? Trinidad Jiménez no ha dicho nada parecido a un "mea culpa" y hay que sospechar que el llamamiento al silencio de la ministra González Sinde a sus amigos y compañeros del mundo del cine, más que una incitación a que desistan de meterse en "un tema delicado" que (dice ella) sólo los expertos pueden descifrar, sea una advertencia para que no les saquen los trapos sucios en las hemerotecas.
Trinidad Jiménez ha mentido en lo de que España no tiene responsabilidades pero la culpa en es del todo suya. No nos olvidemos, que no hace más que cumplir con las fatigas que corresponden al selecto y cada vez menor grupo de gladiadores de Zapatero que, en medio de la debacle política, siguen escalando puestos por llevar a rajatabla la consigna y lealtad del “Ave Cesar morituri te salutant” (Ave César, los que van a morir te saludan), tanto si es frente al díscolo Tomás Gómez como si es en la batalla con Mohamed VI.
Lo triste, es que desde la oposición nadie le conteste como se merece la ciega lealtas al César que ha convertido a Trini en ministra de Exteriores. En el debate del Senado, por ejemplo, he echado de menos que nadie le airease el documento de la ONU, actualizado a 12 de marzo de 2010 (busquen si no lo tienen en el recuadro de LA CLAVE DEL CONFLICTO en la cabecera del blog, a la derecha) que se titula:
Información sobre los territorios no autónomos transmitida en virtud del inciso e del Artículo 73 de la Carta de las Naciones Unidas. Informe del Secretario General. (A/65/66). Lo suyo es que, con el papel en la mano, le hubiesen preguntado a la ministra cómo se guisa eso de que “España no tiene responsabilidades” con lo que dice ese documento de la ONU con el que ilustro este comentario.
De paso, el PP o cualquier otro partido también podría haberle pedido explicaciones sobre por qué las Naciones Unidas hacen constar en la parte inferior del último folio de este documento que España se lavó las manos del Sáhara, pese a lo cual, la organización sigue señalando a España como la autoridad administradora de hecho del territorio pendiente de descolonizar del Sáhara.
Espero que la omisión de los partidos sea porque todavía están demasiado despistados y no por lo que la ministra le pueda haber contado a Rajoy en esa conversación telefónica que ambos tuvieron ayer. Cabe la posibilidad de que ahí renovasen ese pacto que marcó la vuelta a los orígines del PP, tras el giro de Aznar, a favor del expansionismo alauita. Puede que Trinidad Jiménez le haya susurrado al oído a Rajoy alguna razón de estado con trasfondo patriótico. Pero entonces, lo menos que podían hacer es encargarle a la ministra de Cultura una película que nos lo explique para que todos podamos ser patriotas sin desconfiar de esos consensos con los que PSOE y PP, a veces y a pesar de todo, se ponen de acuerdo (como en 2008) en política exterior para no hacer nada contra el status quo que permite a Mohamed seguir enriqueciéndose con los fosfatos de los saharauis y a Teodoro Obiang eseguir robando a manos llenas en las cuentas del petróleo de Guinea Ecuatorial sin repartir con su pueblo ni siquiera las migajas (por cierto al cleptócrata se le pone feo el panorama con la justicia francesa).
Menos mal para el pueblo saharaui y los patriotas españoles de verdad que Javier Bardem , además de memoria, tiene talento y alas para volar sin tener que depender de las subvenciones de Zapatero al cine español.
lunes, 15 de noviembre de 2010
RAJOY Y EL DERECHO INTERNACIONAL EN EL SÁHARA
Manifestantes en la gran protesta contra la ocupación marroquí del Sáhara el sábado 13 de noviembre, en Madrid. /Foto: Ricardo Aznar
Rajoy lo empieza a comprender que abdicar de las responsabilidades que España tiene con el pueblo saharaui no es un interés nacional. Alto y claro le ha reprochado a Zapatero, que el interés de España es defender “la libertad, la democracia y los derechos humanos” en el Sáhara Occidental. A Mohamed, como era de prever, no le ha gustado nada y ha acusado a Rajoy de atentar contra su estado. Pero, y ahí tenemos otra buena noticia: en lugar de darle la razón al tirano marroquí, (como su partido hizo con la crisis de Perejil), Zapatero se ha puesto del lado de la libre expresión de los partidos y de la prensa española. Ole.
No hay sin embargo que cantar victoria porque lo que los políticos decían ayer, mañana puede ser otra cosa y más si entre medias viene un ministro marroquí a Madrid a mover sus hilos. Así que hagamos lo posible para que a derecha e izquierda vayan afinando.
A Rajoy, por ejemplo, le ha faltado añadir a la lista de elementos que convierten la defensa del pueblo saharaui en un interés nacional, el más importante: el del derecho internacional. Lo tiene fácil porque exigir a un estado gamberro como es hoy el Marruecos de Mohamed VI, es la mejor receta para defender Ceuta y Melilla de las reivindicaciones expansionistas alauitas y, a la vez, defender la descolonización británica de Gibraltar, dos temas muy queridos por los electores del PP. Sólo la estricta adhesión al derecho internacional invalida el supuesto con el que desde Rabat defienden que, si España recuperase Gibraltar tendría, por coherencia, que entregarle a Marruecos las dos ciudades en la orilla sur del lago mediterráneo que rodea el Peñón.
La experiencia de los 35 años transcurridos desde la entrega del Sáhara han demostrado además que, cuanto más se tolera a Marruecos la desobediencia a las normas internacionales, más peligro hay de que seamos las siguientes víctimas de su ansias expansionistas. Creo que es por eso que el PP de Melilla, también criticó el domingo a Zapatero "por taparse los ojos" ante la actuación de Marruecos en el Sáhara.
EL EJEMPLO DE ROSA DÍEZ
Rajoy debería tomar nota de Rosa Díez que reclama la aplicación del derecho internacional en el Sáhara con mucha soltura y dominio, pidiendo al Gobierno que de a los saharauis “una voz internacional y, sobre todo, una voz española que salga a defenderles”. Sería una forma de recuperar al menos parte de esas responsabilidades que corresponden a España como potencia administradora del Sáhara que sigue siendo, de acuerdo a derecho. Probablemente con ello sortearía mejor las suspicacias y críticas de los que le tachan de oportunista al utilizar el Sáhara como arma política contra el Gobierno.
Todo hay que decirlo, la dirigente de UPyD tiene ventaja porque ella ya se tenía muy estudiado el tema antes de que en El Aaiún se desatase el terror que ha dado un giro inesperado al conflicto saharaui, haciendo astillas de los supuestos del argumentario que habían convertido la propuesta marroquí de autonomía a los saharauis en una propuesta “viable” y “creíble.
Además, en el partido rosa no tienen por el momento a expertos en el Magreb como el diputado Gustavo de Arístegui, que puede presumir de haber sido condecorado por Mohamed VI por su labor a favor de las buenas relaciones hispano-marroquíes. Entre sus méritos está el de haber unido su voz a la del ex ministro Moratinos, el gran experto en el Magreb del PSOE, para alabar los cambios democráticos del régimen marroquí y pedir al pueblo saharaui que acabase con su "maximalismo" y renunciase al derecho de autodeterminación (reconocido por la ONU) en nombre del “realismo político” marcado por la ley del más fuerte.
LA FALSA NEUTRALIDAD ACTIVA
A estas alturas, Arístegui todavía sigue sembrando la confusión en su partido y dando la razón a los que acusan a Rajoy de ponerse ahora del lado del pueblo saharaui para utilizarlo como arma política contra Zapatero. Critica a Zapatero aparentemente por su falta de claridad a la hora de pronunciarse sobre la ola de represión marroquí. Pero, cuando se presta atención a lo que dice en las entrevistas que le han hecho Los desayunos de la Uno, lo que realmente le reprocha al presidente socialista el diputado pepero, es haber abandonado la política de “neutralidad activa” que mantuvieron los anteriores gobiernos españoles desde la entrega del Sáhara a Marruecos en 1975. Es decir, lo que añora no es (como en cambio ha pedido su compañera Dolores de Cospedal) que el Gobierno español "se ponga del lado del pueblo saharaui", sino esa supuesta política de falsa equidistancia que apuesta por una solución negociada “viable, justa y duradera” aceptada de mutuo acuerdo.
Vamos, que si Arístegui cumple su sueño de ser ministro de Exteriores, y Marruecos se empeña en no acatar el derecho internacional y sigue pisoteando las resoluciones de la ONU que amparan al pueblo saharaui, España seguirá mirando y callando, escudándose en la "neutralidad activa" que, en la práctica, reconoce a Marruecos unos derechos que no tiene. Habría que preguntarle al señor Arístegui si, en caso de que Mohamed decidiese invadir Ceuta y Melilla, o las islas Canarias, también sería partidario de que una solución negociada con el invasor y aceptable para ambas partes, es decir, agresor y agredido. ¿Qué credibilidad puede tener una solución autonómica en un estado que no tolera ni siquiera una protesta socio-laboral?
EL NEFASTO DÚO MORATINOS-ARÍSTEGUI
En realidad, Moratinos y Arístegui son dos caras de una misma moneda, la que ha hecho lo posible durante 35 años para liar a los españoles haciéndoles creer que España había transferido a Marruecos la administración del Sáhara o mirar hacia otro lado con la dictadura en Guinea Ecuatorial de Teodoro Obiang. Por eso no hay que extrañarse que Arístegui viese las primeras reacciones de la nueva ministra de Exteriores Trinidad Jiménez sobre el genocidio en El Aaiún –las de “no se podía estar ni con unos ni con otros”-, como una señal positiva de que se ha recuperado "un poquito" esa dichosa "neutralida activa" que él asocia a tiempos sin problemas.
Los acontecimientos están, sin embargo, obligando a la clase política a reconsiderar muchos supuestos que hasta hace dos semanas parecían verdades inamovibles y tanto en el PP como en el PSOE surgen voces que cuestionan el argumentario que Arístegui y Moratinos defendieron a dúo en favor del anexionismo alauita. Seamos justos: realmente a Zapatero lo de la política exterior se le da tan bien como la económica pero, en este caso, sólo es culpable de haber abandonado los tapujos de una política que era todo menos neutral porque, al hacer dejación de nuestras responsabilidades legales (las de autoridad administradora), le quitaba al pueblo saharaui la voz que, como dice Rosa Díez, tanto necesita en los foros internacionales para defender sus derechos.
Si estamos como estamos, con el norte de África al borde de una guerra, se lo debemos en buena parte a la gran contribución que ha tenido la "neutralidad activa" en convertir la región en un polvorín. Hay que cambiar de camino, parece, con el conflicto del Sáhara y el enfoque de la amistad con el rey de Marruecos que no es precisamente la amistad con el pueblo marroquí. El problema es que los que en el PP y en el PSOE sabían de qué iba el tema de la responsabilidad española emplearon sus conocimientos para ocultar el engorro, y los que ahora intuyen que esta estrategia de evitar problemas ya ha caducado, no siempre dominan el tema.
Es el caso del vicesecretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons al que, en otro de esos Desayunos en la 1, he oído pedir al Gobierno que cumpla con sus compromisos internacionales, y recupere ¡la autoridad administradora!. Muy bien si no fuese porque, a renglón seguido, va y dice que hay que respetar… ¡los acuerdos de Madrid de 1975!. Por lo visto no tiene claro que, si España sigue siendo la potencia administradora del Sáhara, es porque los acuerdos de Madrid fueron un timo.
¿Qué por qué creo que lo de Pons es ignorancia y no engaño? Por eso que dijo que le entristecía pensar "que si los ingleses o los franceses hubieran sido responsables de un Sáhara con su nombre de apellido, no lo habrían desatendido como noostros al Español". Cuando se piensa en estos términos, es porque se sufre un sano escozor en el orgullo patrio que no desaparece con una pomada oportunista. Por supuesto que, después de esta semana de tanto bochorno y vergüenza ajena, el cuerpo me pide una pizca de optimismo. Pero comparemos lo de González Pons con cómo lo hizo en los mismos desayunos, unos tres días antes, su compañero Arístegui que no se confundió: habló siempre de España eludiendo hablar de lo de la “autoridad administradora” y empleando astutamente el calificativo de “colonial” libre en ese contexto de inoportunas implicaciones legales. Él sí que sabe.
PT. 1) No quiero desanimar a González Pons al que vi en la manifestación a favor del Sáhara del domingo con cierto aire de pulpo en un garaje. Aguantó a las provocaciones de los que todavía consideran más importante que la causa saharaui sea solo suya a que Mohamed vea que los españoles de todo el arco político y apolítico estamos unidos en el mismo frente, sin fisuras. Como a Rosa Díez y los suyos, le dijeron lo de "fuera de aquí, facha" pero él aguantó como un solo hombre y un patriota sin perder la sonrisa. Fue recompensado por simpatizantes peperos que andaban camuflados en la marea humana mayoritariamente izquierdista y que, cuando lo vieron en la puerta del Sol, le aplaudieron. Por si le sirve de ayuda, he montado un apartado en la cabecera sobre por qué España viola el derecho internacional con el Sáhara en el que intento esquematizar mis investigaciones sobre por qué los acuerdos de Madrid nunca existieron.
2) Gracias Antónia, gracias Javier por los ánimos.
jueves, 11 de noviembre de 2010
EL INTERÉS DE ESPAÑA EN EL SÁHARA: ¿A QUÉ ESPERA LA DERECHA?
Niños en los campamentos del FRENTE POLISARIO en Tinduf (Argelia).
Foto: Ricardo Aznar
La política española con el Sáhara ha sido, efectivamente, el gran timo de la clase política española que ha tenido el excepcional mérito de hacer coincidir en una misma causa tanto a politicos del tardofranquismo como de la transición, tanto de la derecha del PP como de la izquierda del PSOE. La fuerza poderosa que ha logrado tal unión de fuerzas contrarias es desconocida pero sus consecuencias, en cambio, son evidentes: un vergonzante fraude a la opinión pública española a la que se ha engañado con alevosía y premeditación para que, primero los de la derecha, y más tarde los de la izquierda, neutralicen a sus respectivos parroquianos y así, mantenerlos alejados e indiferentes a lo que ocurre en el Sáhara Occidental.
Como explican en el Gees, las primeras víctimas de este fraude fueron los españoles que en los inciertos momentos del arranque del primer gobierno de la monarquía de Juan Carlos de Borbón seguían la evolución del cambio controlado con cierta aprensión y miedo a que fuese verdad, como decían sus líderes, que el fin de la dictadura llevaría al caos y el terror de las sacas y las checas de la Guerra Civil. Pero, la prueba de que la banda de estafadores tenía patas más allá del franquismo y de lo que ahora llaman despectivamente la derecha demócrata, es que la confusion también cundió entre los que no tuvieron en 1975 ninguna duda de que la entrega del Sáhara fue una traición.
Tanto es así que a estas alturas, incluso muchos de los que son simpatizantes de la causa saharaui porque forma parte de la tradición de su partido o por solidaridad, no tienen claro si España sigue o no teniendo responsabilidades legales en el Sáhara Occidental que es justamente lo que los estafadores pretendieron escamotear y ocultarles. No voy hoy a extenderme en este asunto que ya he tratado (en esta rayita os remito un texto por si pudiese seros de utilidad) sino en lo misterioso que me resulta que todavía hoy el poder del engaño siga tan vivo en la derecha como para que en ese sector muchos españoles sigan creyendo que el apoyo del derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui es un asunto de rojos o, como mínimo, de socialista militantes y zapateristas ingenuos y demagogos.
Hoy en día hay campañas en ciertos medios para reivindicar el orgullo de ser de derechas pero, evidentemente, en ese sector todavía no han logrado acabar la pesada digestion que requiere el haber sido víctimas de un burdo timo de la estampita por parte de los que invocaban el interés de España. ¿A qué esperan?
No se acomplejen por haber sido demasiado ingenuos y, por si les sirve de consuelo y ayuda, comprueben que en la izquierda los líderes del PSOE también engañaron a sus feligreses hipnotizándoles con invocaciones a la progresía, el buenismo, la solidaridad mientras, entre bastidores, estaban ellos también traicionando al pueblo saharaui sin importarles pasarse al enemigo de una de las causas más queridas de sus votantes.
En otras ocasiones me la he cargado con los lectores que tienen su corazoncito en el PSOE por criticar los efectos del gas enervante-paralizante o el burka ideológico entre los parroquianos de la izquierda, tanto en relación con el Sáhara, el otro escándalo silenciado que es el apoyo de Zapatero al sátrapa de Teodoro Obiang o los falsos fuegos artificiales de la llamada Justicia Universal de los jueces de la Audiencia Nacional (que por cierto, ¿por qué callan ahora, dónde están que no dicen nada los garzones sobre el Sáhara?)
Hay que reconocer, sin embargo, que los pacientes del ala izquierdista han logrado importantes progresos en la terapia que requiere salir de ciertos errores y decepciones sin perder la fe, la autoestima y los principios. Por supuesto que también ha ayudado el encontrarnos en tiempos en que ninguna insignia política, ni ningún dirigente merecen confianza ciega y, como en las compras, toca estar muy vigilantes con la calidad de nuestra marca favorita para que el fabricante no intente ahorrar en alguno de los components del producto.
A los que sientan la necesidad muy respetable y comprensible de sentirse de derechas podría ayudarles a ver con mayor claridad en el asunto para España importantísimo del conflicto del Sáhara, por fijarse en que si Zapatero, como se ha visto fehacientemente estos días, es tan promarroquí y tan proMohamed VI, algo hay que no cuadra en el viejo argumentario de los firmantes de los acuerdos de Madrid. Se sorprenderán también de que ahora, para descalificar a los defensores de la doctrina de la ONU sobre el Sáhara, lo que se estila es descalificarlos desde la izquierda, como islamófobos y fascistas o nostálgicos del franquismo.
Otro elemento que les ayudará a ver con mayor claridad es comprobar que ahora es desde el PSOE donde se promueven extrañas asociaciones de víctimas del terrorismo en Canarias (ACAVITE) que no tienen muertos de ETA sino del Polisario y no en España sino en el Sáhara, que tergiversando la historia y los sufrimientos de una guerra organizan ruedas de prensa en las que se habla del “terrorismo” saharaui y antiespañol justo como hicieron en su momento los responsables de la traición de 1975. Sí, sí, hablan de víctimas españolas del Polisario, como hicieron los franquistas, obviando eso sí los muertos y heridos de los atentados organizados en la entonces provincia española así como en Ceuta y Melilla antes del comienzo de la Marcha Verde, por el terrorismo organizado desde los servicios de seguridad marroquí.
El que ahora sea justamente un Zapatero el que ponga mucho énfasis en el “interés de España” por sacrificar a los saharauis a cambio de la amistad del rey Mohamed, debería también ser motivo más que de sobra, dada la experiencia de sus más de seis años de desastrosa política exterior, para sospechar que la verdad está del otro lado, de la parte de los pobres saharauis masacrados en una protesta pacífica, en las seis mujeres que han hallado descomponiéndose en el fondo de un pozo al que “alguien” las ha arrojado mientras los militares ejecutaban el genocidio.
Tienen una buena oportunidad los de derechas para demostrarle a los estafadores que ellos también los tienen calados y son las protestas que hoy y, sobre todo el sábado (en Madrid a las 12.00 en Atocha), va a haber contra los acuerdos de Madrid, el falso documento o el falso billete con el que nos dieron a todos el tocomocho. No se me ocurre mejor manera por el momento para decir no alto y claro a la política de avestrucismo de Zapatero con el tirano y nada pacifista Mohamed VI. Pero, por favor, no lo hagan sólo por llevar la contraria a los de izquierda, háganlo porque han visto que lo ocurrido esta semana es injusto y horroroso, porque se han dado cuenta de que los saharauis ponen los muertos pero nosotros no nos libramos de las salpicaduras. Traigan pancartas en las que digan que el resultado de mimar a un sátrapa con apetitos expansionistas es que ahora estamos a punto de tener una guerra en el patio de nuestra casa.
No les oculto que habrá simpatizantes del pueblo saharaui muy empeñados en hacer gestos con los que marcar que la del Sáhara Occidental es una causa de izquierdas. Pero hagan oídos sordos y sigan a lo suyo dando su contribución a la sanación colectiva. ¿No tienen a gala el ser patriotas y ya sin complejos? Pues demuestren allí que, a partir de ahora, no le sera tan fácil a nuestros politicos engañarnos utilizando las siglas de nuestras convicciones más profundas que no siempre necesitan de etiquetas ni emblemas partidistas. Sigan ahí por patriotismo, porque ayudar a los saharauis, digan lo que digan, además de merecerlo por caridad cristiana, es lo que más le conviene al interés de España.
miércoles, 10 de noviembre de 2010
SÁHARA OCCIDENTAL: EL ESPEJISMO DE UNA TREGUA
Combatientes saharauis en los territorios liberados. Foto: Ricardo Aznar
No hay nada como el método deductivo: como sospechábamos lo de Trinidad Jiménez a Bolivia y Ecuador iba de toccata y fuga. El aviso de Taieb Fassi Fihri fue un gesto con el que ganar puntos con la flamante ministra que le debe ahora haberse evitado un papelón de lo más incómodo en Rabat. Pero esta cortesía no tiene por qué ser incompatible con un hecho que asoma con contundencia: algo busca desesperadamente Mohamed VI en España, desde este verano, algo que seguro que tiene que ver con el Sáhara y que Zapatero no le da. Un indicio de este pulso son los llamados “problemas” o crisis de Melilla que, como ocurrió con la crisis de Perejil, tienen relación directa con una situación de nerviosismo extremo en Rabat. Una de las consecuencias de la brutal represión a sangre y fuego en el campamento de Gdeim Izik y El Aaiún es que se va a disparar el nerviosismo del ya muy desquiciado sátrapa alauita y sus prisas por lograr lo que Zapatero le niega. Así que abrochémonos los cinturones que vienen curvas.
La prioridad ahora mismo son los centenares de desaparecidos en la batalla campal de El Aaiún que hay que rescatar antes de que las cárceles negras los condene, en el mejor de los casos, a una existencia de muertos en vida. Dicen que son al menos 150, pero podrían ser muchos más. Las redadas en los domicilios de saharauis no se han limitado a los supuestos cabecillas de la revuelta como dicen hoy en las televisiones. Han sido indiscriminadas y, en algunos barrios la ronda de los camiones policiales que han cargado con detenidos a destino desconocido se ha repetido hasta tres veces a lo largo del día. Una amiga anoche me contaba desde El Aaiún que no podía soportar los lacerantes llantos de los niños que abarrotaban la casa del vecino: eran tantos los que andaban perdidos por las calles quizás porque en sus casas no habían quedado mayores o porque sus padres no habían podido volver, que los que no habían sido detenidos se dedicaban a recogerlos en sus casa. La clave de la vuelta a la calma que en El Aaiún que hoy destaca la prensa marroquí parece que está más en el siniestro y preocupante silencio radio de los que hasta ayer informaban a través de sus móviles, que de una rendición.
HACER ALGO POR LOS DESAPARECIDOS
Los heridos, los detenidos, por supuesto deben ser nuestra prioridad.Pero no perdamos de vista otro elemento sustancial de la lucha porque, de lo contrario, su sacrificio habrá sido inútil. Mohamed VI ha vuelto a cometer un grave error y va a intentar rehacerse. La vía más corta es la que pasa por contar con la potencia que tiene la última palabra cuando se trata del Sáhara Occidental y no sólo por solidaridad, historia y cultura sino por imperativo legal, tal como lo recoge el art. 73 de la Carta de Naciones Unidas y el dictamen de 2002 del asesor jurídico de la ONU Hans Corell.
El hecho de que Zapatero no haya hasta ahora cedido no debe hacer cantar victoria a ninguno de los españoles indignados con el drama de El Aaiún . Las lamentables declaraciones con llamamiento a la prudencia del vicepresidente Rubalcaba prueban una vez más de lo que es capaz Zapatero, con tal de librarse de los problemas sin afrontarlos. Así que hay que deducir que, quizás, no ha podido satisfacer a Mohamed simplemente porque lo que le pide es tan gordo, que está fuera de su alcance. Algo tan grave, como por ejemplo, un golpe de mano para que la comunidad internacional reconozca su soberanía en el Sáhara Occidental saltándose a la torera el derecho a la autodeterminación del pueblo saharaui.
Eso, para que nos entendamos, sería el remate de los Acuerdos de Madrid que firmó el ultimo gobierno del general Franco el 14 de noviembre de 1975. Hasta Zapatero comprende que una cosa es saltarse el derecho internacional a la torera, como sigue haciendo no condenando la brutalidad marroquí y no haciendo nada para que los desaparecidos y los detenidos vuelvan a sus casas, y otra muy distinta es cruzar una línea roja que la creciente disidencia de su propio partido y un importante sector de sus votantes, no le perdonarían. Lo uno tiene remedio y deja abierta la esperanza a un arrepentimiento, lo segundo no.
ENGAÑO CON TAPADERA IDEOLÓGICA
Hay sin embargo otro sector político, sin embargo, que tampoco se va a librar de las curvas y son los que se han fiado de los Gustavo de Arístegui y sus teorías, sospechosamente coincidentes con las del inefable Moratinos (bye, bye). Se trata de los que alientan la indiferencia entre su feligresía enarbolando la bandera ideologica y los intereses de España, formula mágica para zanjar cualquier discusión con transfondo de derechas. Prepárense porque cuando los reyes de Marruecos sienten que sus aspiraciones a hacerse con el Sáhara peligran, inmediatamente le retuercen el brazo a España y entonces, ya no son sólo los indefensos saharauis los que pagan las consecuencias de una política de dejación e inanidad: que si amenaza de dejar a los pesqueros sin faena, que si amago de desestabilización en Ceuta, Melila, Perejil y lo que tercie, que si ultimátum con de por medio la repetición de la no cooperación que condujo al atentado del 11-M…
Claro que los Arístegui , al igual que los Moratinos, tienen la cuadratura del círculo: se contenta a Mohamed VI con el Sáhara y tendremos el comienzo de una nueva era de amistad verdadera. Para cuando sus electores les pidan explicaciones por haberles tomado el pelo, ellos estarán cómodamente prejubilados en alguna playa tropical.