Una mirada a África como tablero de la geopolítica internacional

miércoles, 16 de diciembre de 2009

EL REY JUAN CARLOS Y AMINETU


Los estudiantes protestan en el Senado para que los políticos presionen a Marruecos.

Cuánto extraño circunloquio para justificar que no conviene que intervenga el rey Juan Carlos en el Haidargate. Da muy mala espina. De acuerdo, don Juan Carlos no está constitucionalmente al cargo de la política exterior pero, tradicionalmente, ha tenido mucha influencia en su confección y si no que se lo pregunten al venezolano Chávez que todavía sufre las secuelas del porquénotecallas. El Sáhara no va a ser menos y así lo fue desde el principio del conflicto con Marruecos.

No nos olvidemos que el 2 de noviembre de 1975 la entonces provincia española del Sáhara se convirtió en la prueba de fuego con la que el entonces príncipe Juan Carlos estrenó su andadura como jefe del Estado (todavía en funciones a falta de la certificación médica de la muerte del dictador en coma irreversible). Fue con el viaje relámpago que hizo a El Aiún, a punto de iniciarse la invasion marroquí (la de la Marcha Verde) que el Rey se ganó el respeto de los españoles que veían en él al pupilo elegido, criado e impuesto por el dictador Francisco Franco.

He sacado de la hemeroteca uno de los comentarios que hizo entonces Cambio 16, una revista emblemática de la transición y, sobre todo, muy ligada a los sectores que luchaban contra el intento de la dictadura por perpetuarse tras la muerte de Franco: “El inesperado viaje al Sáhara cambia totalmente la imagen del Príncipe, adquiere talla diversa para los comentaristas, que ven en él no solamente el ejecutor, sino el hombre político que quiere agarrar al toro por los cuernos. Se especula abundantemente sobre su gesto –que algunos tildan de “electoral”-, y se sacan conclusiones apresuradas; con su viaje relámpago se ha ganado al Ejército y a la diplomacia española, y ha infringido una derrota al "búnker".

Estos comentarios valoraban muy positivamente esas palabras con las que don Juan Carlos dijo a las tropas en el Sáhara, “sin consultar con nadie”, que “España cumplirá sus compromisos” y dio instrucciones para que en la ONU, el representate español advirtiese a la comunidad internacional que si el rey de Marruecos, Hassán II (padre del actual Mohamed), cumplía la amenaza que ya había hecho de invadir el Sáhara, España no tendría más remedio que responder a la agresión cumpliendo con las obligaciones que incumben a España como potencia administradora y que obligan a las metropolis a defender a los pueblos que tutelan. "La repelerá (la Marcha Verde) con todos los medios a su alcance, incluido el empleo de la fuerza armada", dijo en esa declaración Fernando Arias Salgado, el que más de dos décadas después fue nombrado embajador de España por el presidente Aznar durante la crispación hispano-marroquí (como si la culpa hubiese sido del belicista Aznar) con el Sáhara de telón de fondo que condujo a la crisis de Perejil.

El Rey hizo entonces lo que había que hacer porque la legalidad no es una opción, ni para los particulares ni para los Estados, digan lo que digan los Moratinos y Gustavo de Arístegui enarbolando la falsa bandera del “interés nacional”. Quedó muy bien demostrado con el Irak que fue castigado por invadir Kuwait y, también, con el Irak del “No a la Guerra”,

En 1975 no se pudo seguir por el camino de la Ley porque todavía faltaba para que la dictadura acabase de dar coletazos y se supone que las negociaciones secretas con las que el 14 de noviembre se entregó el Sáhara a Marruecos, incumpliendo salvajemente el derecho internacional, fue el último do de pecho que dio el regimen dictatorial en un inútil intento de reafirmación. Hubo así explicación para justificar que don Juan Carlos no pudiese cumplir su palabra en 1975. ¿Pero podría justificarse que a punto de acabarse el año 2009 tampoco pudiese cumplir con el pueblo saharaui?

También hay quien ha apuntado que Zapatero no puede arriesgarse a que el Rey quede mal con una mala reacción de su “hermano pequeño” Mohamed VI. ¿Y cuál es el problema? Los españoles nunca exigieron a su Rey fuese Supermán pero, en un mundo en el que la bandera de lo humanitario hasta puede justificar la concesión de la independencia a un territorio que nunca tuvo derecho reconocido para ello (Kosovo), no parece sea precisamente hacerle un favor al Rey dar a entender que un monarca que siempre ha querido destacar en la defensa de las libertades y los derechos, se reserve o le impongan se reserve si se trata de Aminetu Haidar.

El único sentido que tiene una maniobra de Zapatero, Moratinos y Rajoy para mantener al margen al Rey es que en sus negociaciones (la de los politicos) con el rey Mohamed para que Aminetu no se muera en plenas Navidades, se llegue a un acuerdo secreto y de efectos tan perversos para el pueblo saharaui como el que se pergeñó el 14 de noviembre de 1975.

2 comentarios:

Unknown dijo...

¿Cuánto va a costarle a ESpaña y a Europa la vida de Aminetu?
Sólo el tiempo podrá decirlo.

Alex Saharaui Argentina dijo...

Solo un apunte señora Camacho.
La foto que ha incluído, es de un acto de reivindicación que unos estudiantes llevamos a cabo en la primera jornada de puertas abiertas del SENADO, no del congreso.
Ante todo, mi enhorabuena por permanecer cuerda ante toda la locura. Gracias por esos magníficos análisis de esta situación. Puede que usted también comparta conmigo la impresión de que se acercan tiempos difíciles. Sobre todo, viendo el final de su artículo. Todos hemos "visto" lo que ha pasado estos días...por "debajo de la mesa", en cuanto a negociaciones se refiere...
Un saludo
Alejandro Garcés
alex.garces77@gmail.com

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